Algunos desafíos en materia de investigación académica en el Perú
El ser humano tiene la estupenda capacidad de comprender razones, incluso abstractas, que lo llevan a tomar decisiones en base a un análisis situacional. Poco importa en un primer momento si dicho análisis lleva a los resultados esperados, puesto que el elemento interesante para la humanidad radica ya en el solo hecho de poseer dicha capacidad de utilizar la razón antes de actuar. Este axioma resume lo que el filosofo francés René Descartes imaginaba en el siglo XVII a través de su célebre exclamación: “pienso luego existo”[1].
El escalafón superior al razonamiento humano, consiste en que dicho razonamiento conlleve a los resultados esperados, y para ello se requiere poseer una serie de conocimientos que permitan que la persona tome sus decisiones en base a la mejor de las opciones presentes en su base de conocimientos. Con ello se resalta que para toda persona es importante adquirir una serie de conocimientos para desenvolverse en la vida. Ello concierne el hecho de conocer aspectos generales de la cotidianidad con el fin de desarrollarse de forma autónoma en sociedad, pero concierne sobre todo el hecho de especializarse en el conocimiento de una materia en particular, fruto de la cual la persona creará su profesión. A partir de allí se entiende la relación que existe entre conocimiento y poder. Por ejemplo, si un individuo conoce de reparación de automóviles, éste tiene el poder de reparar su vehículo sin acudir a otro individuo que se desempeñe como mecánico (lo cual transforma al primero en alguien autónomo con respecto al segundo). Pero si además, el primer individuo puede reparar también el auto de sus vecinos ello le generaría recursos de dinero aumentando su poder material y su poder social. Del mismo modo, y a otra escala, si gracias a la investigación científica, un Estado ha llegado a dominar el conocimiento sobre una materia (nuclear, química, económica, administrativa, etc.) este va a transformarse en un ente más competitivo que sus pares. Tal situación solo se ve revertida cuando aquellos que no poseían ese conocimiento llegan a obtenerlo y se sirven de este. Es por tal razón que los Estados con modelos más exitosos invierten cuantiosas cantidades de dinero en el desarrollo de programas de investigación (espacial, agrícola, biológica, etc.), teniendo como objetivo el desarrollo estratégico de su país.
Aunque nada este declarado como tal, desde la revolución industrial en el siglo XIX, los distintos países del mundo compiten mutuamente para innovar y hacer que dicha innovación repercuta a su favor desde el punto de vista geoestratégico. Así por ejemplo, un país productor de materias primas queda muchas veces rezagado desde el punto de vista económico y geopolítico frente a otro que desarrolla una industria de transformación de materias primas. Y a su vez el Estado industrial se ve sobrepasado por aquel vecino que gracias a la innovación llega a desarrollar el diseño de una tecnología de punta.
Ello implica que la estrategia para el desarrollo de capacidades no debería radicar únicamente en el almacenamiento pasivo de conocimientos, sino que además debería trabajarse en el aspecto de innovación del conocimiento: he allí el primer desafío.
1. El desafío en materia de innovación del conocimiento
Diversos son los espacios, los países y las instituciones en los cuales se considera que brindar educación consiste en compilar gran cantidad de conocimiento y transmitir algunos de estos elementos a quien es novato en el tema . Ello tiene como virtud por un lado multiplicar el número de personas que tengan conocimiento sobre un cierto tema y por otro lado perpetuar dicho conocimiento en el tiempo, ya que las generaciones succesivas se transmiten un conocimiento que con el tiempo se torna anacrónico. Proceder únicamente de esa forma es grave para un país ya que se producen profesionales con conocimientos similares, sin posibilidad para que alguno destaque frente a los demás, lo cual provoca una competencia innecesaria entre personas con el mismo conocimiento y una sobre oferta laboral de individuos con los mismas características profesionales.
Un modelo mucho más eficiente sería aquel que aproveche la compilación del conocimiento sobre una materia, en primer lugar para entender los fundamentos de la materia, pero en segundo lugar para mejorar la calidad de dicho saber: es en este punto que radica la innovación. No obstante para proponer la mejora del conocimiento inicial se requiere de capacidad crítica y por sobre todo, de rigor en la sustentación de la crítica. Es a partir de este punto que hablaríamos de innovación científica.
Optar por la innovación significa renunciar a una actitud pasiva de quien solo recopila información creada por un tercero, en lugar de ello se busca adherir a un sistema en el cual, luego de una etapa de formación sobre el saber básico, el especialista se entrene a construir y consolidar su espíritu crítico, para lograr, más allá de su opinión subjetiva, fundamentar argumentos que resistan a exámenes de refutabilidad. Todo esto con miras contribuir solidamente a la construcción de opciones que mejoren aquello que presenta posibilidades de perfeccionamiento.
En cuanto a la innovación, cuya piedra angular es la investigación científica, se cree erradamente que ella concierne más al campo de las ciencias exactas como por ejemplo la biología o la medicina. No obstante la innovación y la investigación conciernen también a campos sumamente estratégicos como son las ciencias económicas, jurídicas o políticas. Así por ejemplo, los trabajos de investigación científica de Amartya Sen revolucionan la economía por cuanto demuestran la intrínseca relación entre pobreza y libertades individuales[2]. Del mismo modo, es gracias al trabajo de investigadores juristas como Georg Jellinek o Hans Kelsen que se construyen los pilares del orden institucional[3] que hoy se conoce en todo el mundo occidental, incluido el Perú.
Por tales motivos se debe afirmar que la innovación del conocimiento por vía de la investigación científica en ciencias exactas pero también sociales y humanas, es una condición sine qua non para el desarrollo nacional, ya que el reto del Perú consiste en generar respuestas propias para resolver sus problemas, sin necesidad de importar esquemas preestablecidos de realidades distintas a la nacional. Ello demuestra la imperiosa necesidad para el interés nacional de fomentar la creación de espacios académicos donde se generen propuestas objetivas y sustentadas desde una perspectiva atenta a las particularidades del Perú.
2. El desafío en materia de acceso al conocimiento de calidad
Hemos visto líneas arriba que cuando se toma una decisión se apela al conocimiento para optar por alguna de las soluciones posibles. A escala de un individuo ello puede implicar desarrollar un proyecto personal, a escala de un Estado ello puede concernir el implemento de una política pública. En ese sentido, si aquel que debe decidir posee un conocimiento capaz de llevarlo únicamente a la opción “A” entonces la decisión será simple pero limitada y riesgosa. Sin embargo, otro es el problema cuando una persona es poseedora de conocimientos que lo lleven a dudar entre una opción “A”, “B” y “C”, ya que en ese supuesto la persona debe aplicar inexorablemente una variable de ponderación con la finalidad de tomar la mejor decisión. Ello significa que para tomar la mejor decisión no se requiere solamente una variedad de conocimientos sino también que dichos conocimientos sean de calidad con el fin de poder sustentarlos y ponderarlos en base a criterios sólidos.
La calidad del conocimiento debe estar orientada a utilizar indicadores para lograr los mejores resultados, tal vez poco conocidos en el medio extra-académico, pero que resultan fundamentales para legitimar el saber científico. Así por ejemplo para que un conocimiento pueda ser de calidad, éste debe haberse sometido a un proceso de verificación de datos lo cual le brinda objetividad desde el punto de vista científico, ya que se descarta la experiencia sensible (valida solo para quien la experimenta individualmente y únicamente de forma momentánea). Del mismo modo para que el conocimiento sea de calidad éste debe de seguir una progresión bajo un esquema organizacional capaz de descartar las ideas menos útiles o incluso contra-productivas, para resaltar aquello que es importante dentro del tema, idea o teoría que compongan ese conocimiento.
El desarrollo nacional radica en una sucesión de decisiones presentes y futuras que los gerentes y autoridades están tomando y deberán tomar, no obstante es lógico deducir que las mejores decisiones van a provenir de aquellos que posean el mayor conocimiento con la mejor calidad posible, es decir un conocimiento verificado (y por ello a prueba de cuestionamientos), es decir un conocimiento sistematizado (y por ende productivo y eficaz).
3. El desafío en materia de difusión del conocimiento
La difusión que concierne al último se debe tener en cuenta, no es reto de menor importancia en cuanto a desarrollo nacional, ya que el conocimiento, aunque fuese innovador y de calidad, no tendría ninguna utilidad si no existe capacidad de circulación. Es decir si se presentan situaciones en las cuales aquel que posee el conocimiento no quiere transmitirlo, o también si aquellos que requieren del conocimiento no tienen la capacidad para adquirirlo. Esta sería una causal de exclusión social por cuanto se genera una diferencia entre los que tienen la información y los que no la tienen, lo cual no contribuye a un desarrollo nacional para todos sino solo para algunos. De allí adviene una necesidad imperiosa que consiste en que los centros de estudio e investigación del Perú, tanto públicos como privados, incentiven la producción editorial (publiquen) y el debate académico (organicen coloquios). Pero también que se logre mejorar el acceso hacia los entes académicos públicos que son quienes difunden el conocimiento y desarrollan el saber a costos más razonables.
Sin embargo, el trabajo de difusión sería solo parcial si se limita el campo de acción solo al círculo académico y no se toma en cuenta a la ciudadanía en general. De allí el interés que las familias cumplan, como indica el artículo 13° de la Constitución, con el rol social de educar a los hijos, a fortiori si se trata de transmitir conocimientos que perpetúen los saberes ancestrales. Del mismo modo, allí radica también el interés que los medios de comunicación asuman, como estipula el artículo 14° de la Constitución, una función social que consiste en colaborar con el Estado en la misión de educación y de formación. En ese sentido queda claro, que para sumir el reto de la difusión del conocimiento en un país con nuestras particularidades geográficas, la tecnología (es decir los medios audiovisuales e internet) se puede convertir en un aliado potencial siempre y cuando quien tenga en mano dicha herramienta sepa manejarla de forma adecuada para llegar al saber, sorteando las diversas trampas y múltiples errores que pululan por la red y que rinden impuro al conocimiento.
[1] DESCARTES René, Discours de la méthode : Pour bien conduire sa raison, et chercher la vérité dans les sciences, Paris, Flammarion, 2000.
[2] SEN Amartya, Development as freedom, Oxford, Oxford University Press, 2001.
[3] JELLINEK Georg, Teoría general del Estado, Montevideo, B de F Ltda., 2005; KELSEN Hans, General Theory of Law and State, Harvard University Press, Cambridge, 1945.
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