Si para tener paz fuera un requisito el hecho de tener un territorio bien dotado naturalmente, en el Perú, país sudamericano, antigua capital del imperio inca, quinto exportador de oro y segundo de plata en el Mundo, con tierras y microclimas que permiten todo tipo de cultivos, con subsuelos de donde brota el petróleo y el gas, con un gran capital humano eficiente, trabajador y con empeño, al lado de un mar que por su abundancia hace de este país el segundo pescador del globo… debería de existir esta paz.
Sin embargo, el Perú no vive en paz, y esto nos demuestra que no basta con tener riquezas naturales en un territorio para vivir en paz consigo mismo, con los otros y con la naturaleza. Debemos focalizarnos entonces, no en el analisis de las condiciones naturales de un Estado o de una persona (cosa que sería complicado y con riesgo de quedar en la teoría), sino mas bien en observar y tratar de desarrollar las concepciones culturales (hábitos, costumbres, actos, etc.) de un grupo clave de peruanos (clases poderosas, limeños, urbanos) para llevarnos a vivir dentro de una cultura de paz, ya que son ellos quienes controlan economica y politicamente el pais, e imponen gustos y costumbres modernas en todo el territorio nacional.
Por ello, en las siguientes secciones, será importante saber primero que significa el concepto de "paz" y porque razones prácticas en el Perú no se experimenta una cultura de paz, para luego de entender el modelo mental y finalmente intentar desarrollar algunas proposiciones estructurales concretas (más que discursivas) que nos lleven a generar una cultura de paz.
La observación sobre la paz en el Perú: razones prácticas para creer que no existe una cultura de paz en ese país
La paz… ¿qué es? Aunque este ejercicio parezca muy difícil, es muy común que se le asocie a la ausencia de guerra, sin embargo constatamos que en muchos de los Estados en los que actualmente no existe un conflicto armado, tampoco existe paz. La razón de esto es porque la paz no puede entenderse simplemente como la ausencia de guerra sino que debe de entenderse como la ausencia de todo tipo de violencia (Galtung, 2003). Pero por lógica, esto no resuelve el problema de definición precedente y nos lleva a preguntarnos ¿qué es la violencia? para entender finalmente el primer concepto.
La violencia está relacionada con las necesidades y con la realización del ser humano. Así según el irenologo noruego J. Galtung, “la violencia está presente cuando los seres humanos se ven influenciados de tal manera que sus realizaciones efectivas, somáticas y mentales, están por debajo de sus realizaciones potenciales”. Esto conlleva a decir en la práctica, que si no existe plenitud en la satisfacción de las necesidades de un sujeto, en este caso de un peruano, entonces se le estará violentando y por ende no habrá paz dentro de él, lo que podría reflejarse en sus relaciones con los otros. Esto que esquematizamos aquí de forma individual, bien puede ocurrir colectivamente y a gran escala, haciendo que exista mucha frustración personal y relaciones tensas con el entorno que hasta pueden ser causantes de violencias físicas o psicológicas.
Ahora bien, estamos seguros que dicha concepción extensiva de “la violencia” puede ir en contra de nuestras concepciones preestablecidas, no obstante, debemos ver el acto violento en su globalidad, más que en el mero golpe, para entender completamente el concepto.
En este sentido, debe de entenderse al golpe o al insulto como un tipo de violencia llamada directa. Aquí, por ejemplo sabemos determinar quien es el autor de dicha violencia y se puede identificar también a las victimas de este maltrato psicológico o físico. Pero, cuando no podemos identificar con certitud al autor de las violencias y éstas atacan sistemáticamente a un segmento de la población, se le denomina violencia estructural. Aquí, no se tratan de golpes, sino más bien de tres tipos de acciones que tradicionalmente nunca son asociadas con la violencia:
· La pobreza
· La represión
· La alienación
La meta de la cultura de paz es combatir la violencia desde estos tres ángulos estructurales para eliminar las causas de la violencia directa. De esta forma, se trabaja permitiendo la realización del individuo en acorde a sus capacidades y acumulativamente, se instaura un clima solidario. Todo esto conduce al bienestar que no sería más que la reducción paulatina de las necesidades insatisfechas y de las frustraciones.
¿Pero entonces qué tiene esto que ver con la situación del Perú? Por la observación de indicadores, evidentemente que esta concepción de violencia tiene que ver con ese país. De ésta forma, alienación se percibe en la esclavitud del trabajador donde el Hombre es un numero para el Ministerio de Economía y Finanzas, una meta para los mercados de consumo, una mercancía para los agentes de viaje… es decir la alienación está presente a través de la deshumanización en las relaciones, sobretodo en los países industrializados, pero también en los focos occidentalizados (con economías globalizadas) del Perú.
Por otro lado, la represión en dicho Estado sudamericano, también es flagrante, no solo por la fuerte censura hacia las manifestaciones en contra de los gobiernos de turno, sino que además esto se observa en las políticas de intolerancia represiva o “tolerancia cero” que se organizan en todas las capas de poder para paliar los problemas sociales en lugar de responsabilizar a las personas violentas, surgió un rechazo radical y penal a estos, sin atacarse a las prácticas y a las políticas educativas que no cuestionan las raíces de la violencia, que en la practica se genera desde las propias estructuras escolares y sociales.
En tercer lugar y no menos preocupante, la pobreza, si nos guiamos por la cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú (INEI), en 2004 uno de cada dos peruanos eran pobres, además Lima, donde vive un tercio de la población de dicho país, cuenta con 61% de desempleo y subempleo, lo que no permite claramente la realización de profesionales, que tienen que subsistir económicamente haciendo trabajos básicos (misceláneos, obreros, taxistas…) para los cuales no estaban destinados, ni deseaban ejercer en lo personal. Es normal que esa situación provoque una frustración por no cubrir las expectativas de la mayoría de la población en edad de trabajar, lo cual se refleja en la gran fuga del capital humano hacia el extranjero (desde el 2000) en busca de un lugar donde puedan laborar en su profesión o hacer los mismos trabajos de base que en Perú, pero siendo pagados más en todos los casos, posiblemente beneficiando de una seguridad del empleo, y eventualmente gozando de los servicios sociales (ayudas económicas, acceso a la salud, educación de calidad).
Vemos entonces, que existe un problema grave ese país andino, donde más allá de los problemas puntuales de violencia directa que aquejan a la ciudadanía como las violaciones y agresiones sexuales, el terrorismo, la dependencia tóxica, la violencia intra-familiar, etc., existe un clima generalizado de violencia proveniente de la estructura social, estatal, económica, familiar…
Reflejos de una cultura de violencia y de contra-violencia como enemigos de la paz
Insistir en solucionar la violencia directa con medidas de penalización como subir el precio de las multas, aumentar los años de prisión, o medidas populistas que busquen ayudar transitoriamente un problema laboral o familiar, es solo malgastar tiempo, recursos humanos y económicos en una causa que por más que parezca buena no será eficaz.
Así por ejemplo, el hecho de regalar zapatos a niños descalzos, tiende a ser una acción de buena fe y puede solucionar el problema de forma pasajera, pero si nada más se hace ¿Qué sucederá con esos pies cuando la suela del zapato regalado se gaste? Seguirán desnudos, y lo que es peor, las personas a las que se dirigió esta ayuda, podrían acostumbrarse a la asistencia o a la caridad. Siendo eso mismo lo que se tiene que evitar en un Estado donde existe cultura de paz ya que la ayuda puntual, aunque puede existir como socorro provisional y solidario, puede perpetuar el circulo viciosos de la miseria y de la represión, haciendo creer que se obra por resolverla pero sin atacar la raíz del problema. Por ello la asistencia puntual debe de ir acompañada de medidas que reorganicen la estructura, de tal manera que esta sea capaz de responder, por siempre, a las necesidades de las poblaciones vulnerables, esto, que veremos más adelante, se llama desarrollo socio-económico sustentable.
Sin embargo, antes de reestructurar, es necesario reconocer particularmente cuales son estos focos donde se aglutinan los comportamientos sociales que van en contra de la cultura de paz. Así, según las doctoras Anaida Pascual Morán y Anita Yudkin Suliveres de la Cátedra UNESCO de Educación para la Paz, “vemos a diario fenómenos sociales íntimamente relacionados [con la cultura de violencia…], dicho clima refleja el hecho de que vivimos inmersos en la crisis de la modernidad y las manifestaciones que la definen:
· El consumismo desmedido;
· El culto al cuerpo y a la cultura de la imagen;
· El agotamiento de los mega-discursos ideológicos y de la política partidista;
· La convivencia en la diversidad como desafío;
· El individualismo exacerbado;
· El conformismo social;
· La mercantilización del conocimiento;
· El encumbramiento de las nuevas tecnologías como fuente de riqueza y poder;
· La mundialización de la cultura;
· El culto a una cultura de guerra y de muerte; y una creciente globalización de la violencia” (Pascual Morán, 2005)
En este sentido, podríamos ver todas estas manifestaciones transponiéndolas a ejemplos sacados de la realidad peruana, sin embargo nos limitaremos a ver solo unos cuantos. Por ejemplo, la mundialización de la cultura, que en el Perú se traduce por la invasión del idioma inglés con la creencia que es una necesidad hablarlo incluso al interno de las relaciones nacionales o latinoamericanas para conseguir un trabajo, además de perder el idioma español con ciertas expresiones limeñas y con la jerga. También contribuye la expansión de la televisión por cable que cubre gran parte de las zonas urbanas, de forma legal o pirata, con imágenes de desarrollo neoliberal-individualista muy avanzado (mansiones con sirvientes, autos a precios extraordinarios, derroche de dinero en compras, juegos con la comida…) que pueden hacer creer al televidente peruano que en los países emisores de dichas imágenes esa es la norma de vida gracias al neoliberalismo, cuando eso no es cierto. Por otro lado, resalta el culto al cuerpo, que llama mucho la atención en las publicidades actuales en Perú, así se anuncian cremas para blanquear el cutis, para lacear el cabello, pero también para eliminar manchas, celulitis, grasa, bellos, etc. Incluso a través de publicidades hechas por estrellas locales se promocionan las cirugías estéticas para aumentar si no se tiene algo o reducirlo en caso se tenga, es decir que el cuerpo, más que la mente se han transformado en el centro de las preocupaciones mientras que las importaciones y copias falsas de muñecas Barbie siguen aumentando cada año para inculcar a las pequeñas lo que debe de ser un cuerpo perfecto. Pero en el caso de los juguetes, aunque las niñas modernas sufran de la presión externa del mercado por ser lindas de cuerpo sin interesarse por la reflexión, los niños parecen llevar la peor parte. A estos no solo se les presiona abiertamente ser fuertes teniendo el cabello o los pectorales de un súper héroe, sino que lo más grave es que sus juegos son violentos. Desde combates a golpes, hasta guerras donde la imaginación no termina con la muerte, sino que va más allá. Esta situación se ve agravada con espectáculos estadounidenses muy violentos, que se han expandido como la fiebre amarilla por toda Latinoamérica, de peleas ficticias que parecen muy reales entre sujetos que se aniquilan literalmente sin piedad. Esta es una de las más flagrantes difusiones de la cultura violenta, enemiga de la paz, que genera en un círculo vicioso de respuestas no pacificas, una contra-violencia indefinida.
En lo que concierne al consumismo desmedido y al individualismo, existe un problema cultural muy profundo en el Perú ya que el segmento de la población que se permite un consumo a gran escala está en su mayoría o acostumbrado a hacerlo desde siempre (aristocracia y oligarquía), o es que después de haber sufrido épocas difíciles se lo permiten todo (nuevos burgueses, comerciantes andinos, industriales contemporáneos). Entonces ¿Cómo hacer entender a una persona, que surgió a través del neoliberalismo individualista, que ese modelo llevará al colectivo a la ruina? ¿Cómo sensibilizar a un partidario del modelo mental consumista solo para sí? Es una tarea muy complicada pero creemos que debe de atacarse el problema desde allí para progresar como sociedad, ya que ser consumista o individualista en un país donde la mitad de la población está en situación de pobreza es comportarse de forma antisocial, es decir no conforme con la norma del lugar (la austeridad). Así, sin tener miedo a que el gran hermano capitalista nos condene, o a que el modelo económico peruano sea frenado, deben de reestructurarse ciertos comportamientos sociales de forma gradual pero planificada. Con la ventaja que, trabajando en prioridad en el núcleo del problema, el universo de personas sería accesible, por vivir en su mayoría en la capital (cobertura de un tercio del total de la población) y porque lógicamente el resto de los consumistas se encuentran más en las otras zonas urbanas. Dicho esto, la reestructuración de la que hablamos debe de pasar por la educación hacia las futuras generaciones y por la progresiva obligación solidaria, lo cual llevaría a establecer en un mediano plazo una suerte de tradición anti-individualista y sin excesos en el consumo. Es decir que se debería de generar un modelo teórico (educativo transversal) y práctico (medidas ejemplares, leyes, propaganda…) para remodelar las costumbres anti-solidarias y antisociales.
Premisas de forma para llegar a la cultura de paz a través del desarrollo socio económico sustentable
El espíritu de la reforma va de la mano con el equipo que se tiene que emplear para atacar frontalmente las violencias instaurando una cultura de paz América latina, y en este caso en el Perú, de esta forma se tiene que dar prioridad a los principios que engloban lo que conocemos como Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), es decir: El derecho universal a la salud, alimentación y educación; la justicia; la solidaridad, etc. Todo esto, evitando una regresión sobre los derechos civiles y políticos, lo que conlleva a un respeto del marco constitucional; a una reforma que en lo paralelo refuerce el Estado de Derecho y las libertades de expresión, de prensa, de reunión…
No obstante, es imprescindible recalcar que “libertad” se entiende como permiso de hacer todo lo que no esté prohibido dentro de un marco de orden preestablecido y aceptado por la mayoría como no atentatorio contra sus derechos (a la intimidad, a la imagen, a la vida privada…). Esto quiere decir que el concepto de libertad no debe de confundirse, por ejemplo, con el libertinaje que emplean las cadenas de televisión para difundir programas violentos a horas donde muchos niños pueden verlos; con el libertinaje de los diarios amarillos que atentan contra la vida privada y el derecho a la imagen de personas, expresando un tipo de violencia sistemática camuflada en lo que mal se conoce como “libertad de prensa”
Esta paréntesis cerrada, veamos que en cuanto a los actores de este tipo de desarrollo, no se puede contar solo con una persona con un grupo reducido de sujetos, sino más bien que se debe imperativamente contar con el apoyo del Estado y de las mayorías en la practica. Así por ejemplo, sería iluso pensar que una ONG a ella sola puede erradicar la extrema pobreza del Perú sin la ayuda del Estado, o que el Ministerio de Educación sin la colaboración de los sindicatos de maestros, de los padres de familia y del Parlamento podría resolver el analfabetismo del país. Por ello, es indispensable que todos los sujetos participen en la reforma, siendo el Estado quien esté a la cabeza de tales reformas, por las siguientes razones:
· Su gran talla en acorde con la magnitud de los retos que se deben de resolver.
· Su competencia general (y no particular como tienen las ONG, asociaciones, sindicatos) para paliar situaciones que requieren ser atendidas globalmente.
· Su poder de convocatoria, siendo el único ente en el Perú con brazos capaces de unir a todas las etnias, pensamientos e Instituciones detrás de un objetivo común.
Algunas pautas concretas de fondo para la instaurar una cultura de paz
Aunque el tema sea de incumbencia Latinoamérica, las proposiciones concretas tienen que ir enfocadas hacia los Estados, teniendo en cuenta sus diferencias, es por esta razón que las siguientes proposiciones en el caso peruano no serían aplicables en todo los países del sub-continente, sin embargo, resultan interesantes para su aplicación en ciertos aspectos como por ejemplo la lucha contra el machismo.
También las propuestas que aquí plantearemos necesitan de medios económicos consecuentes, no obstante, estos gastos parecen estar a la altura de las arcas del Perú. Así, según el Banco Central de Reserva, se estima que en 2007 el Perú crecerá más de 6%, habiendo crecido a ritmo acelerado desde hace ya un lustro. Incluso, en el caso que los tecnócratas neoliberales alegaran un riesgo de déficit, para que no exista tal problema durante la inversión social, deben de desplazarse las prioridades del gobierno, garantizando un Estado más social para recolectar a mediano o largo plazo (es el caso de la educación) los frutos de una nueva política basada en la oportunidad y la cultura de paz. Recordemos, en este sentido, que el Perú está en “la cola de Sudamérica” en temas de avance social con solo 8% de su PBI consagrado al gasto social, mientras que Bolivia o Colombia ocupan mas del 13% y Uruguay llega a casi 21%
A) Combatir y erradicar la violencia estructural
1) Una reformulación de la estructura educativa
Consideramos que ésta es la medida más importante de todas por se la base de todos los comportamientos sociales de las generaciones. Algo falló en el sistema educativo educación, si observamos el alto índice de agresiones y violencias modernas, esto posiblemente tenga que ver con la falta de educación, o son más bien producto de la mala educación/formación que se les ha dado. Es de esta manera que luego de un estudio llevado a cabo durante diez años, el Latinobarometro se expresa así en su informe 2005: “Perú es uno de los países que mas preocupa en términos de su cultura cívica y sus actitudes hacia la democracia que han experimentado un retroceso en los últimos años”
Por ello, pensamos que hay que proceder a una reforma de la estructura curricular que implique una enseñanza eficaz de la educación cívica (no relegada a segundo plano como sucede hoy) con miras a introducir la educación para la paz. También, es de prever el aumento de las horas por semana de esta materia aplicando directamente la progresividad en materia de DESC que el artículo 26 del Pacto de San José concede. Incluso, se puede imaginar la fusión del curso de educación religiosa (en un país laico) con uno de cultura de cultura de paz, (el profesor impartiendo antiguamente la religión puede –bajo ciertos criterios- ser el mismo de educación moral si se le capacita para tal fin).
También se deben de reactivar las inspecciones académicas a diversos niveles (nacional, regional, local). Alargar las funciones de la Oficina de Supervisión y Coordinación Regional para que se ocupe de controlar esporádicamente las escuelas a nivel local.
Sin embargo, el núcleo de la reforma debe de ser la participación activa del escolar. Es lo que se llama una escuela participativa, donde las normas de convivencia (reglamento) se negocian colectivamente en un inicio, donde se fomenta la expresión (artes, libertad de palabra, de vestimenta) de todos los integrantes de la comunidad escolar, realizando actividades escolares y extraescolares que desarrollen la capacidad de interactuar e interrelacionarse. Así, vemos la importancia de organizar visitas escolares a industrias, lugares políticos, museos, de forma participativa. Pero también talleres de ayuda, colaboración o asistencia en parques, casas de ancianos, etc. Asimismo en un país grande como el Perú y pluricultural es muy importante el contacto (más que el simple conocimiento) de otras culturas. A esto se podría llegar con “programas de intercambio escolar” que durante un par de semanas lleven, por ejemplo, a niños de Amazonía a conocer a escolares de Lima (y viceversa) albergándose y viviendo en las casas de las familias Más que la tolerancia lo que se lograría con esto es el respeto del compañero (que más tarde podría ser un colega), el respeto de las costumbres diferentes y hasta una posible toma de consciencia sobre el verdadero valor de una verdura del campo o del aire puro, etc.
Dentro de lo que respecta la expresión, la creación de tests anónimos hacia los escolares donde puedan dar su parecer sobre el sistema educativo es importante, así, para evitar presiones, las respuestas a este test deberían de darse con “aspas” y no con escritura caligráficamente reconocible. Siendo, las veintiséis Direcciones Regionales de educación podrían hacerse cargo de la organización y recuperación de datos de este sondeo semestral. Vale la pena señalar aquí, que los alumnos pequeños o grandes también son nacionales y tienen voz aunque por la minoría no tengan voto. Y es posible que en la negligencia, o el hecho de hacer caso omiso a sus pedidos, esté uno de los fracasos del sistema educativo peruano .
2) La lucha de género
El periodista y escritor Mirko Lauer apunta que “la violación y asesinato de niños es parte de una frondosa patología de la vida en común en medio de la miseria, la lista es larga y compleja e incluye el abandono impune de los hogares… la cultura del machismo violento…” (La República p.6, 13/08/06). Por ello consideramos, que las soluciones al tema del machismo van de par con la educación, porque como nos lo explican la antropología los comportamientos de género no son naturales sino culturales. Por ende, el machismo también obedece a una estructura cultural que puede cambiar o que se puede formar desde pequeño.
No olvidemos que igualdad sexual implica ante todo igualdad social, por ello esta igualdad tiene que formar parte integrante de la política de Estado. Ello se entiende como más lugares para las mujeres en la función pública, el incentivo del Estado para las empresas privadas que sean modelos en paridad de género (sueldos, simetría en la planilla). Por último, la acción, no debe de ser aislada, pero deben contribuir también los medios de comunicación (multar las alusiones sexistas en la TV, la radio…). Crear campañas publicitarias de revalorización del rol y la imagen de la mujer en la sociedad. No sólo mostrando a la mujer en el rol de madre (tan conocido y pisoteado), pero además fomentar la imagen de la libertad femenina de la mujer obrera, empresaria, médico, política…
3) La Formación un programa que favorezca a los hogares en estado de abandono
Muchos conocedores de la sociedad están de acuerdo en decir que esta es una posible causa del alto numero de violadores sexuales estos últimos años en el Perú. En este argumento esta implicado el Alcalde del distrito limeño de Surquillo, Gustavo Sierra quien afirma que “el 100% de jóvenes inmersos en problemas de drogas, pandillaje y delincuencia proviene de familias mal estructuradas” (el Correo, 11/05/06). Por ello, y por seguir una lógica avanzada de lucha contra la estructura violenta que genera violencia, no podemos ignorar esta pista. Entonces habría que combatir el abandono de hogares y prestar auxilio en los casos de abandono. ¿Hasta cuando vamos a ver a niños vendiendo caramelos en los buses a horas de colegio para alimentar a sus hermanitos porque el o los padres los abandonaron? ¿Qué plan de ayuda general existe para asistir a la madre abandonada?
Esto implica, en primer lugar que se afirme la penalización (que existe hoy) de este acto. En segundo lugar, es imperativo informar a la policía sobre este delito y prevenirlos sobre las sanciones ligadas a la idea machista que consiste en no tomar las denuncias sobre violencias familiares o abandono de hogar.
Por último, y en los casos de pobreza declarada por un organismo social (asistenta social, hospital, escuela) prestar una ayuda económica directa a la familia destruida, un modelo como el plan “hambre cero” aplicado en Brasil por su Presidente Lula da Silva . Para información sepamos que este modelo se aplica en escala mas grande y social en países como Chile, Francia (con sus Allocations familiales), o México que cuenta con el programa Oportunidades
Es posible que se afirme la falta de liquidez del Estado para afrontar tal gasto de ayuda directa. Pero pensamos que 8% para el gasto social es insuficiente. Por eso, se puede empezar desde ahora con los casos más graves como son los niños sin padres, a los cuales debería de darse prioridad con un estatus particular. Lo mismo debería de aplicase para con las madres abandonas en situaciones críticas, ya que como podríamos pedirles que eduquen bien a sus hijos si no pueden ni siquiera comer correctamente y las tentaciones del dinero fácil son más comunes que la solidaridad estructural.
B) Comenzar con una verdadera reforma del Poder judicial
Atacar a la violencia es llegar a un sistema donde más que formar utópicamente a gente pacifica, lo que se busca es una participación solidaria y un funcionamiento justo de la estructura social. No podríamos entonces obviar dentro de esta búsqueda de justicia al Poder Judicial. Así de todos los planes de reforma analizados, el más maduro y con más visión realista de éxito fue el que planteó el ex presiente de esta institución peruana, Dr. Hugo Sivina Hurtado, ya que sus proposiciones fueron concisas, claras, directas y además, a que articula eficazmente los focos del problema en tres ejes centrales.
1) Devolver la independencia institucional a los jueces
Reestablecer la legitimidad de las instituciones débiles es tarea nacional, y esto debería ser una regla para todos los altos funcionarios con un cargo importante. Esto implica que los otros poderes del Estado no se inmiscuyan en los asuntos judiciales ni en los fallos de los jueces. Se estima en este sentido que aunque exista la libertad de expresión, ésta tiene sus límites constitucionales donde empiezan las libertades del Poder Judicial, a saber el derecho a su independencia de los otros dos poderes del Estado.
2) Empezar una real lucha anti-corrupción en el PJ (transparencia)
Lucha anticorrupción que no sólo implica un control interno de los movimientos, actividades y seguimiento de los casos y de las instancias, pero que también se entiende como un refuerzo en la formación de futuros magistrados de carrera. Quienes deben de ser preparados con un real afán ético. Por ello, sería interesante privilegiar aun más de lo que se hace hoy, el estudio de las Ciencias Humanas en las carreras de Derecho y concursos públicos para acceder a puestos del Poder Judicial. Sabemos, desde aquí, que el Derecho es fundamental para hacer carreras de este tipo, pero pensamos que no hay suficientes bases en filosofía, ética y educación moral como para realizar desde la formación que hay límites que no se pueden transgredir cuando se es juez.
3) Modernizar progresivamente e ininterrumpidamente la administración
Esta reforma es necesaria, para agilizar un Derecho Humano que es el de la justicia rápida y eficiente. Tengamos presente que en el Perú la justicia tarda demasiado. Por ello, el 65% de los peruanos consultados expresaba su descontento con la lentitud de la justicia (Latinobarometro, 2005). La ciudadanía sondeada aquí no hace más que, clamar un derecho que no es únicamente el de los reos, pero que es el de todos. Para darnos una idea de la lentitud de los procesos penales tomemos en cuenta que sólo en Lima hay 19.110 reos de los cuales sólo 4880 han sido sentenciados. Viendo esto, es evidente que se necesitarán medios económicos consecuentes con la modernización y progreso judicial, pero esto responde a una necesidad que no solo se debe de interpretar como institucional, sino más bien como social. Hay que recalcar que desde la segunda mitad del régimen de Fujimori se vieron algunos progresos en las oficinas de los juzgados (computadoras remplazaron las maquinas de escribir, se informatizaron algunos datos del reo…). Pero esta reforma debe de continuar e ir en un proceso evolutivo constante que implemente las áreas de trabajo de utensilios necesarios (escritorios de talla adecuada, más sillas en las salas de espera, fotocopiadoras que sirvan…). Pero también que se implemente el ambiente de descanso de los funcionarios (máquinas de café, pintura en los muros, baños adecuadamente mantenidos…). Si hablamos de los juzgados provinciales, que son los más marginados, por la centralización del Estado en materia judicial, podemos desear incluso menos que esto, ya que ellos no tienen en muchas ocasiones ni siquiera agua en los baños, o vidrios en algunas ventanas.
Sin embargo, la modernización también debe de concretarse con métodos de resolución de conflictos modernos que a imagen de lo que se debería de hacer en las escuelas, pueda emplear modelos alternativos para resolver pacíficamente los litigios entre sujetos sin llegar a los tribunales. El Perú con sus jueces de paz en todo el territorio, ha tenido una iniciativa que va en ese sentido, sin embargo, estos son jueces que con pocos recursos y leve capacitación para la negociación se forman por la casuística y bajo las costumbres locales que en ciertos casos pueden no ser satisfactorias para los litigantes.
C) Revisar las concepciones sobre el sistema penitenciario
Aunque para algunos la cárcel sea solo un centro de reclusión, a la base es y debería de ser considerada ante todo como un centro de reeducación
1) Aumentar los medios financieros y la fiscalización en el INPE
El INPE o Instituto Nacional Penitenciario es un Organismo público y descentralizado del sector Justicia, rector del sistema penitenciario peruano, con personería Jurídica de derecho público y con autonomía económica, técnica, financiera y administrativa. Forma pliego presupuestario y se rige por el Código de Ejecución Penal y por su Reglamento. Es importante señalar que aunque se ha comenzado ya con esta reforma trascendental para mejorar la vida en las prisiones, no parece haber las garantías de un buen manejo del Instituto por los múltiples casos, que van desde corrupción, madre de todos los tráficos (de drogas, de armas, de teléfonos) hasta las fugas de prisioneros, pasando por el maltrato a los familiares como reflejo de la violencia estructural ejercida directamente por un órgano del Estado.
En esta óptica se debe de seguir con la iniciada reestructuración y reordenamiento del personal penitenciario, capacitándolos para canalizar la violencia gratuita contra un prisionero por ejemplo. Este tema de la violencia siendo muy importante para que el reo no repita lo que ha visto o vivido en la cárcel. Por ello, el despido de agentes penitenciarios violentos o corruptos debe de ser una norma fundamental y respetada ejemplarmente por el Estado.
Además, se debería de crear un ente fiscalizador de las acciones del INPE, con comunicación directa entre el este instituto y el gobierno central a través del ministerio de Justicia. Las familias de los reclusos de largas penas (y que los visitan regularmente) podrían participar en encuestas sobre el funcionamiento de las cárceles. Lo cual sería útil para conocer las prioridades de reforma, debido a su experiencia en el sistema durante varios años .
Finalmente, se debe de aumentar los medios económicos a en la compra de herramientas para enseñarles un oficio, compra de libros, cuadernos, implementación de aulas, y el pago de profesores de educación cívica, derecho, etc.
2) Reconvertir la cárcel en un verdadero centro de reeducación
Contrariamente a lo que se afirma vulgarmente por los defensores de la pena capital, el decano del Consejo Nacional del Colegio de Psicólogos del Perú, Dr. Cesar Neyra apunta lo siguiente sobre el ejemplo de los violadores sexuales: “Estos delincuentes pueden rehabilitarse a través de un trabajo psicológico cognitivo dirigido a modificar su conducta”. Mas tarde en su discurso el psicólogo aclara que actualmente “las condiciones de las cárceles peruanas no son las mas adecuadas para lograr estos fines” antes de proponer para estos delincuente el internamiento acompañado de un tratamiento en un centro especial para violadores, en donde aprenderían a comportarse socialmente y reaccionar sobre sus actos a través de una terapia o combinaciones de técnicas, como las dinámicas de grupo por ejemplo .
Esta idea no es en nada utópica e irrealizable, depende únicamente de un giro de en la política represiva (del Estado policial) que se esta llevando hoy. Recordemos que para este caso estamos hablando de menos tres mil trescientos internos que sólo representan el 10% de la población penitenciaria. Se debería entonces empezar por tratar a los violadores como violadores y al resto de delincuentes según su delito para saber por donde combatir el problema desde la raíz. Esto implica que se les trate a muchos de entre ellos como a personas con problemas psicológicos o con problemas de adaptación social en un país consumista, individualista pero con pretensiones a convertirse en solidario y pacífico. Por ello, estos reos, conductores de violencia estructural y generadores de violencia son para el futuro del país el reto y el termómetro que medirá si las acciones y ejemplos están teniendo frutos.
En ciertos casos serían necesarios centros aislados especializados en tratamiento y reeducación (el caso de los violadores sexuales), con la participación de psicólogos, sociólogos, antropólogos... y de estudiantes en estas ramas para que se puedan especializar en el trato de este público.
En otros casos como los estafadores y ladrones, la reeducación podría estar más dirigida hacia el valor del trabajo, para reformar el gusto por el facilismo solo del dinero. Es cierto que son terapias largas, pero se pueden imaginar en personas con penas relativamente largas donde se puedan mejorar las técnicas. No se trata, con esta proposición, de darles un trato “de lujo”, porque sería siempre el INPE quien se ocuparía de esa prisión, con las mismas medidas de seguridad de hoy. Sin embargo, el trato formativo que se les daría seria según su condición, adecuando el tiempo pasado tras las rejas en tiempo que será útil para la sociedad, cuando estos individuos salgan libres y se reintegren.
Tengamos en cuenta que el deber del Estado no es solo encerrar al delincuente, pero también es de hacerle aprovechar el tiempo de encarcelamiento hacerlo conciente del acto delictivo, para reformarlos y terminar con el comportamiento antisocial. Este rol es justamente el que se ha olvidado en la sociedad moderna, más aún con los métodos intolerancia social-penal o de “tolerancia cero” .
Continuando con esta suposición de reforma, y si no tenemos un pensamiento misántropos o pesimista también se podría comenzar progresivamente a capacitarlos (realmente) a un oficio. Esto implica que las metas sean más ambiciosas de las que se tiene ahora . Y en un segundo tiempo, esta capacitación puede comportar clases donde se impartan cursos de lectura, aptitud numérica, pero sobretodo educación cívica, en la cual sean notados del 0 al 20. Si esta nota es sobresaliente, se podría tomar en cuenta por el Consejo técnico penitenciario para facilitarles o no los beneficios por “readaptación a la sociedad civil”.
Por último se pueden también optar por “los trabajos voluntarios de interés público” con delincuentes que muestren su buena conducta y que no se hayan visto implicados en casos de fuga o intención de fuga. Esta mano de obra podría ser explotada en beneficio del propio penal o de la sociedad a la cual han damnificado, y se traduciría por la construcción/reparación de pistas, la limpieza y recojo de basura (en los bordes del Lago Titicaca, en los lados de las carreteras…), ejecución de obras ecológicas (plantar árboles en zonas deforestadas, curar animales) .
Finalmente, pensamos que estas medidas deben de ser tomadas en beneficio de la sociedad a la cual se reincorporará el reo, y en beneficio del derecho a la vida rechazando así los argumentos que no creen ya en la capacidad de cambio del Hombre.
Conclusiones:
Latinoamérica crece económicamente en estos últimos años gracias al aumento en los precios de las materias primas, países como Venezuela, Chile, México, Ecuador, Perú se han visto beneficiados. Sin embargo, las asimetrías sociales continúan siendo las más grandes del Mundo, acrecentando así las frustraciones y descontentos entre los que poco o nada tienen. Además, invadidos por un modelo occidental, neoliberal e individualista, nuestros poderosos (políticos y económicos) resaltan y emplean elementos del modelo que actualmente, por la tasa de pobreza en Latinoamérica, pueden ser lógicamente considerados como antisociales. No obstante la inequidad, dichos comportamientos generan también una “crisis de la modernidad” que se refleja en acciones sistemáticas reconocibles como el culto al cuerpo, el consumo desmedido, el conformismo social, etc., lo que define en la practica una cultura violenta.
Es un hecho que aunque en algunos Estados se luche contra estos problemas modernos, en el Perú poco o nada se hace para atacarse al verdadero problema estructural, ya que solo se imagina la resolución de estos por ayudas alimenticias directas o por una creciente penalización que casi llega hasta la pena de muerte. En este sentido, se puede decir con seguridad que el Estado peruano no ha entendido aún el concepto de violencia más allá de la pura violencia directa (golpes, insultos, ataques individuales), pero sin mostrar interés en la base de estas, es decir en la violencia estructural. Así, la alienación, la represión y la pobreza, aunque no avanzan (es normal en un largo periodo de progreso macroeconómico y democrático) siguen carcomiendo a un sector de la población marginada de todo florecimiento social.
En este sentido, algunas de las recomendaciones que se podrían hacer tienen que tener en cuenta ante todo, que solo es el Estado quien puede estar a la cabeza de tal trabajo, y que además deben de participar todos los grupos sociales que se identifiquen con los principios éticos de solidaridad y anti-individualismo. En segundo lugar, se debe de entender que el marco de acción y jurídico no debe de crearse sino solo ser adaptado de lo que existe ya en algunos textos defensores de los derechos económicos, sociales y culturales, por ejemplo el Protocolo de San Salvador, pero teniendo en cuenta que no debe de existir una regresión en los derechos civiles y políticos donde ya se ha avanzado. De esta forma, se puede decir que dentro de un Estado de Derecho y democrático, se deben ahora de sentar las bases del derecho universal a la educación, salud, alimentación, etc. como cumplimiento del compromiso de progresividad que se tuvo en 1969 en San José.
Finalmente, la estrategia de educación para la paz aunque debe de priorizar a la escuela con cambios generales en la enseñanza de materias y la introducción de temas transversales, también debe centrarse en actividades extraescolares de solidaridad, de conocimiento y respeto del otro. Sin olvidar, que en un desarrollo sustentable la reforma social compete también a los olvidados centros de reeducación (prisiones) y al Poder Judicial como emisor de la justicia en el Estado.
Anexo
Discurso del Dr. Hugo Sivina Hurtado, Presidente del Poder Judicial del Perú ante la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso peruano
Lima, 27 de agosto del 2003
“Debo expresar, entonces, que la innovación que pretendemos realizar en el Poder Judicial se sostiene en tres principios fundamentales (tema que ya ha sido expuesto en otros auditorios) y que los resumo a continuación:
- Principio de Independencia.- Principio de raigambre constitucional, según el cual sostenemos nuestro apego inquebrantable a la opción de salvaguardar la autonomía institucional e independencia de los jueces en el ejercicio de la función jurisdiccional.
- Principio de Eficiencia.- Este principio nos exige ser exigentes en el logro de los objetivos institucionales propuestos, de encaminarnos hacia la modernización administrativa y del despacho judicial dentro del marco de un costo razonable en su implementación.
- Principio de Transparencia.- Según el cual los actos que realizamos todos los integrantes de la judicatura se encuentran sujetos al escrutinio público de la ciudadanía, con las formas y mediante los procedimientos establecidos en la ley. Advertirán que el enunciado y puesta en práctica de este principio es una clara señal del rechazo a la “cultura del secreto” y a toda forma de corrupción al interior del aparato judicial.”
Bibliografía
Textos:
COMISION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969
COMISION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Protocolo adicional a la Convención Americana Sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), 17 de noviembre de 1988
DOMINGUEZ R; SANSEVIERO R; VAZQUEZ I, El estado de la paz y la Evolución de las Violencias, la situación de América Latina (2000) Ediciones Trilce, Montevideo, Uruguay
GALTUNG J, Paz por medios pacíficos (2003) Oslo: Bakeaz. Centro de Documentación Estudios para la Paz
HART R, Children’s participation: From tokenism to citizenship. (1992). UNICEF International Child Development Center. Florencia, Italia
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA E INFORMATICA Informe Técnico: Medición de la Pobreza, 2004, 2005 y 2006 (2006) Lima, Perú
OFICINA GENERAL DE PLANIFICACION, Estadística población penal INPE 2007 Lima, Perú
PASCUAL MORAN A, Guía de Orientación para el curso Formación ética docente: Educar para convivir y vivir. 2005 Ediciones Santillana S.A.
URRUTIA E. (1996). La cultura de la paz. Universidad para la Paz. Cuidad Colón, Costa Rica
Otros:
Diario El Correo del 11/05/06; 05/09/06 Lima, Perú
Diario La Republica del 13/08/06 Lima, Perú
Sondeo de Opinión Publica de la Universidad de Lima, (a 5.622 personas en Lima y Callao) 9 y 10 de septiembre del 2006.
Informe Latinobarómetro 2005 Diez años de Opinión Publica 175.556 entrevistas en 18 países desde 1995 hasta el 2005.
Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation.
http://es.wikipedia.org (enciclopedia libre en línea)
Desde hace ya varios meses la intolerancia penal es una política municipal activa en el Perú que incluso ha sido imitada por ministerios, parlamentarios: “plan de tolerancia cero en navidad”, dirigido por el Ministerio de transportes a la circulación (El Correo, 5/1/07); Carlos Bringas, alcalde del distrito de Jesús María en Lima, refirió que la norma (de penalización) es un buen avance, pero a lo que debe apostarse es a la “tolerancia cero… los delitos deben ser sancionados incluso sólo por el hecho de haber tenido la intención”, señaló (El Correo, 11/05/06), etc. Dicha doctrina proviene de Estados Unidos, y más específicamente de Charles Murray, un politólogo contratado por el Manhatan Institut durante el gobierno de Ronald Reagan, para encontrar una solución a las “violencias urbanas” que sufría Nueva York, pero sin tener mayores resultados.
Al abordar el tema de la participación de la niñez y la juventud, es importante considerar el trabajo de Roger Hart sobre este tema y que se resume en la llamada “escalera de la participación” Ésta nos provee un marco para evaluar si las actividades que desarrollamos fomentan la verdadera participación de la niñez y la juventud al superar papeles decorativos o asignados, y promover sus decisiones informadas y sus iniciativas.
Dicha Guía, acompaña cuatro módulos didácticos: Módulo 1: Pautas y sugerencias para la construcción de un proyecto de formación ética; Módulo 2: Paradigmas y prácticas en la educación moral: alternativas para la formación ética; Módulo 3: Acción moral social: Andamiaje para la formación ética; y Módulo 4: La ética en la historia: vertientes para la formación ética.
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