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Realidad y derechos humanos

2011: un año decisivo para el combate por los derechos sociales en el Peru

2011: un año decisivo para el combate por los derechos sociales en el Peru

Casi veinte años han pasado en el Perú desde que se reestructuro la economía para insertarnos dentro de la sociedad internacional neoliberal. Veinte años mas tarde y después del fujishock, del desmantelamiento del sistema de seguridad social, de despidos masivos e indiscriminados de funcionarios públicos (que más tarde agrandarían la masa de población considerada como « pobre »), la promesa del dorado económico solo es visible desde la macroeconomía y desde las clases socioeconómicas altas y medio altas que se concentran básicamente en las zonas urbanas de la costa. En ese sentido no es de extrañarnos que en las últimas elecciones presidenciales los votos dirigidos hacia los candidatos que pronaban el modelo más conservador provengan de ese polo social. Está muy claro que el deseo de los conservadores es justamente que nada cambie para continuar explotando los recursos del Perú sin ser molestados por un marco jurídico que los obligue a redistribuir una parte de las ganancias a través de un salario más elevado o de una contribución social más alta que permita al Estado de crear o mejorar sus sistema social.

 

Su único interés está basado en realizar ganancias a través de una economía de laissez faire que les deje libertades casi extremas para incrementar la rentabilidad de sus inversiones. El Perú en ese sentido es un paraíso: con uno de los salarios más bajos de Latinoamérica, un derecho laboral muy pobre, una administración permisiva frente a la inversión y derechos sociales casi inexistentes. Hay que afirmarlo, nuestro sistema es muy seductor para atraer capitales. No obstante lo anterior, el ser atractivo conlleva a que los trabajadores se beneficien con una parte muy ínfima con respecto a  las grandes ganancias de los inversionistas. Aquí tenemos la receta de cómo se crea y se perpetúan las desigualdades en nuestro país, o dicho en otros términos y retomando las disertaciones hechas por los fundadores de la revolución francesa, el sistema de propiedad es el responsable de la miseria.

 

Para resolver este problema sin renunciar al modelo actual de propiedad individual, existe solo un remedio muy lógico elemental: la redistribución de de la riqueza. Sin embargo, existen diferentes medios para llevar a cabo dicha redistribución y diferentes preguntas a resolver: Optar por la caridad, o más bien por la solidaridad? Qué derechos sociales impulsar primero (la salud, la educación, la vivienda o la alimentación)? Qué mecanismos poner en marcha para obtener los recursos que se redistribuirán (creación de un impuesto a la riqueza, aumento IGV, elevación de los cánones, multiplicación de los gravámenes, elevación de las cotizaciones sociales)?

 

Muchas preguntas que demuestran que nuestro Estado todavía esta en un proceso de construcción. Así, luego de consolidar nuestra democracia y nuestros derechos civiles y políticos después del crepúsculo del gobierno dictatorial de los Fujimori, el turno estaba dado para el desarrollo de nuestros derechos sociales. Sin embargo, por las razones e impedimentos que hemos explicado anteriormente, esto no se ha realizado a tiempo y hoy en las urnas los habitantes más pobres del Perú claman que se implementen mecanismos de retribución para compensarlos por su participación en el avance del Perú.

 

En ese sentido, no solo el ex-estudiante universitario hoy convertido en prospero hombre de negocios lucho arduamente y se sacrificó económicamente para lograrse materialmente como profesional, también se sacrificaron generaciones de agricultores o ganaderos andinos afrontando las heladas que en una noche podían arrasar con el trabajo de un año y quienes levantándose antes de la aurora llevaron a nuestros mercados la carne y las verduras a precios accesibles. Allí, la única disimilitud es que hoy el agricultor, a diferencia del ex-estudiante, aun no ha tenido la oportunidad de autorealizarse materialmente. Por ello se dice que hay un desequilibrio entre los ciudadanos y por ello se concluye que no hay uno sino más bien dos Perú.

 

Esa diversidad social que en ciertos países es sinónimo de riqueza cultural, para el Perú es sinónimo de conflicto. Y esto se debe a que en la capital hacemos oídos sordos al esfuerzo y a las necesidades de las provincias de nuestro país (la observación del mapa electoral nos lo demuestran: allí donde ha ganado Ollanta Humala es, casi sistemáticamente, donde viven los peruanos menos favorecidos).

 

Por esta razón, la construcción del Estado moderno no debe solo ser democrática (con una serie de derechos civiles y políticos) sino que además  se debe de apelar al espíritu de fraternidad nacional. Ello implica un estatus de igualdad entre todos los que formamos la nación, porque, como sostiene Lucien Sfez en su obra El infierno y el Paraíso,  por un lado somos padres del Estado (porque lo construimos constantemente con nuestro trabajo) y por otro lado, somos todos hijos de éste, porque nos brinda paz, seguridad, bienestar y unidad. Pero la fraternidad no es solamente la igualdad de todos frente a la norma y frente al Estado, sino también la igualdad de todos frente a la necesidad. Esto conlleva al establecimiento de una política de solidaridad social consolidada a través de su inscripción en la constitución política, puesta en marcha por la vía legal y exigible a través de mecanismos jurídicos coercitivos.

 

Aunque no se le denomine fraternidad, Ollanta Humala propone, claramente y desde el inicio de su carrera política, la activación de mecanismos de solidaridad en el Perú. Mas allá de la caridad, que,  a pesar de las buenas intenciones, solo es un paliativo temporal a los problemas sociales, lo que la solidaridad busca es organizar el pago de la deuda que los más afortunados tienen para con los más pobres. Es decir que los pobres son los acreedores de un derecho real al socorro y a la asistencia.

 

La razón de esta deuda está fundada en el hecho de que todos contribuimos con nuestro trabajo a la construcción y a la consolidación del Estado y contribuimos por nuestros aportes a que la caja fiscal sea más grande o gracias a la informalidad contribuimos a que los precios se mantengan bajos. Sin embargo, al fin y al cabo, los agricultores, los vendedores de caramelos, los empleados inscritos en planilla o los ejecutivos trabajan todos durante el periodo activo de sus vidas y tienen todos una deuda social con respecto a los que ya dieron de su trabajo y de su tiempo pero en algún momento necesitan de nuestra contribución, ya sea por enfermedad, accidente o vejez. Es decir que a nadie se le roba nada, sino que el pacto social hace que la contribución que una persona da hoy pueda ser recobrada mas tarde. Ahora bien, es posible que yo durante mi vida dé mucho con respecto a otro ciudadano, pero quien me asegura a mí que no lo perderé todo durante mi vida y que contra toda probabilidad termine necesitando al sistema social? En todos los casos, como observa el doctor Michel Borgetto de la Universidad de Paris II, el pacto social propuesto hace decenios en Europa consiste en asegurar a los propietarios la seguridad del sistema de propiedad individual pero en contraparte estos deben de contribuir para compensar al máximo las desigualdades dentro de la sociedad.

 

Así vemos que en Europa occidental, las clases medias son muy grandes y las clases socioeconómicas de altos y de bajos recursos son muy reducidas (ello dicho sea de paso, sin romper con los principios democráticos). Todo lo contrario sucede en el Perú, donde las clases altas y media son muy reducidas y las clases socioeconómicas que disponen de menos recursos materiales son gigantescas (a tal punto que se tiene que crear una clase D y E ausentes en Europa). En este punto Ollanta Humala se diferencia de su contrincante, ya que el líder el Partido Gana Perú propone no solo la reactivación de un sistema que otorgue seguridad a nivel de salud o educación a todos los peruanos sino que el desarrollo de este vasto programa presume el desarrollo humano de nuestro país, eliminando al máximo una serie de desigualdades que hoy son el fruto de conflictos.

 

No olvidemos que los derechos humanos están compuestos de dos elementos básicos: las libertades públicas y los derechos sociales. La lucha por obtener efectivamente nuestras libertades la ganamos en el 2001 con la salida del dictador Alberto Fujimori. Diez años más tarde  tenemos que elegir el regreso al pasado antidemocrático u obtener el segundo y último pilar de los derechos humanos, ganando nuestros derechos sociales junto con Ollanta Humala.

El Peru de Fujimori: la ultima dictadura de Sudamérica

El Peru de Fujimori: la ultima dictadura de Sudamérica

El régimen dictatorial llevado a cabo por Alberto Fujimori durante los anos noventa ha sido lavado por el olvido de algunos jovenes peruanos y por el desdén de una parte de la clase politica dispuesta a abandonar los valores republicanos por mantener una cierta continuidad en el sistema economico. Sin embargo es indispensable tener en cuenta que la moralidad de un Estado no se puede intercambiar bajo ningun pretexto ni bajo ninguna condicion. Estas lineas son un "recordatorio" de las razones de la llegada de los Fujimori al Poder y de como estos pervirtieron a la politica peruana hasta formar un régimen dictatorial:

 

El final de la aventura militar de los años setenta:

 

Durante gran parte del siglo veinte, el Perú fue controlado o amenazado por las instituciones militares. En efecto, estas tomaban el poder, se infiltraban en él o lo influenciaban cuando les venía en gana y cuando sus intereses estaban en juego. En este sentido, la última vez que los militares confiscaron el poder a los civiles fue en 1968 cuando el General Velasco Alvarado dio un golpe de Estado acusando al presidente liberal Fernando Belaúnde de aprovecharse personalmente de las riquezas petroleras del Perú. A su turno, Velasco Alvarado será puesto de lado el 29 de agosto de 1975 por una junta de jefes de cinco regiones militares, y será reemplazado por el que era su propio ministro: El general Remigio Morales Bermudes, poniendo fin a la experiencia de “socialización revolucionaria” de Velasco Alvarado.

No obstante, los militares nunca simpatizaron con las teorías democráticas, por lo cual el General Morales-Bermudes, declaraba en mayo de 1976 que la democracia estaba ligada a una fórmula “históricamente atrasada que nunca ha respondido a la realidad nacional en la medida que es importada de otras realidades socio-políticas y de otro continente”. Esto demuestra el grado de comprensión democrática con la cual los regimenes armados legitimaban su poderío, su autoritarismo y su injerencia dictatorial en los asuntos civiles.

Pero en 1978, frente a una crisis económica que generó una insurgencia social (y su respectiva represión manu militari), Morales-Bermudes se resignó a devolverle el Perú a los peruanos. Democráticamente se le dio a la nación una Constitución en 1979 luego de haber convocado a una Asamblea constituyente, y en 1980 fue elegido como Presidente el centro-derechista Fernando Belaúnde. Dos problemas consecuentes a los gobiernos militares marcarían el quinquenio de su gobierno: El primero es el arrastre de la crisis económica legada por su predecesor, con una deuda externa que aumentaba y una inflación galopante. En cuanto al segundo problema del terrorismo, este vino con el regreso a la democracia, ya que la desmilitarización del Estado condujo al tristemente célebre movimiento terrorista “sendero luminoso” a iniciar la lucha armada con una esperanza de impunidad.

 

La catástrofe económica de los ochenta:

 

En 1985, luego de cinco años de democracia derechista Belaundista, el Perú se encontraba desamparado, y a un paso de las urnas un candidato de izquierda y joven encarnaba el cambio de situación que todos buscaban. Es así como el social demócrata Alan García Pérez del tradicional partido político APRA[1] es elegido presidente de la República a sus treinta y cinco años. Sin embargo las esperanzas, su mandato será calificado de desastre económico y social. Destruyendo, por consiguiente, la imagen de su partido y de todos los partidos tradicionales. Al final de su gobierno, García, heredero de una economía mal llevada dejó al país en la bancarrota, aislando al Perú del Fondo Monetario Internacional, de la comunidad internacional y creando una situación interna e inflación que superaba los dos millones setecientos mil por ciento. Frente a esta situación, los grupos terroristas habían aprovechado la situación para captar más adeptos a sus ideologías entre los más desfavorecidos, desatando una guerra civil que ha provocado aproximadamente veinticinco mil muertos[2] y desaparecidos. Por otro lado, en la región amazónica del Perú, los narcotraficantes, convertidos en narcoterroristas, habían llevado al Perú a convertirse en el primer exportador de cocaína del Mundo. Por su parte, la capital Lima, con sus ocho millones de habitantes, nunca se pareció tanto al sector pobre de Calcuta. La falta de agua potable, de luz, de medicamentos, de trabajo, de infraestructuras, la penuria en productos de primera necesidad... Había creado una delincuencia dispuesta a todo para recuperar ilegalmente lo que sería imposible de conseguir por la vía legal. La sociedad urbana estaba dividida, por un lado, las clases alta y la moribunda clase media vivían con el temor del terrorismo y de la delincuencia. Por otro lado, en zonas periféricas de la capital vivían, separados por muros o por la lejanía, los pobres. Las clases desfavorecidas del Perú, gran mayoría de migrantes de la montaña en búsqueda de paz o bienestar en la capital, a los que se les permitió de lograr como único objetivo la fundación de clases socio económicas más bajas que la clase baja existente. Ésta es la situación el día mismo de las elecciones de 1990 donde el candidato de la derecha liberal, Mario Vargas Llosa, es derrotado por el casi desconocido pero carismático candidato llamado “chinito Fujimori”.

 

La llegada al poder de Fujimori y el cambio de los noventa:

 

Descendiente de una familia japonesa emigrada al Perú en 1933, Alberto Fujimori toma el mando de Presidente del Perú a sus cincuenta y un años. Ingeniero agrónomo de profesión y primero de su promoción en la universidad agraria de Lima, seguirá algunos estudios en Estrasburgo (Francia) y se convertirá en el rector de su universidad. Más tarde, asumirá la función de presidente de la asociación de rectores entre 1987 y 1989. Su partido, fundado por él mismo, con la ayuda de la comunidad japonesa y de algunos influyentes evangelistas, será llamado Cambio 90. Fujimori venderá incluso sus bienes para financiar su campaña electoral ya que no tenía el respaldo de grandes grupos económicos ni de partidos políticos. Su movimiento es independiente, sin raíces ni ideologías y por ende con lealtades políticas frágiles y aún a construir como lo afirma el director del centro de información del campesinado de Piura, profesor Bruno Revesz. La construcción de su política y sus alianzas serán hechas con nuevos actores creados por el mismo Fujimori o gracias al fujimorismo. De esta manera, su partido Cambio 90 formará alianza con una nueva agrupación denominada Nueva mayoría, compuesta por personas muy ligadas a su propio partido. En resumidas cuentas esta estrategia de “falsa alianza”, que bien hubiera podido formar un partido único con Cambio 90, quería mostrar que Fujimori no estaba solo en el combate por el cambio. Sin ser electo, esta patraña política fue la primera mentira del fujimorismo.

Luego de su elección el ex Presidente se atacará con éxito a la inflación llevándola de un ritmo de 400 % en el mes de agosto de 1990 a una estabilidad inflacionaria de 10% en octubre del mismo año. Utilizando una medida neoliberal perfecta desde el punto de vista económico: el “fujishock” Así elevando la inflación a cifras astronómicas en un solo día terminaría con la demanda económica y estabilizaría la inflación en solo algunas semanas. Desde el punto de vista social evidentemente esto fue una catástrofe por la devaluación del dinero tan abrupta, que provocó no solo un inicio de hambruna, sino también el aumento de la mortalidad infantil.

Fujimori optará también por la lucha contra el cáncer peruano del terrorismo desde su llegada al poder. El 17 de enero de 1991, el Parlamento peruano votará la ley 25 327 que autorizaba al poder ejecutivo a tener poderes legislativos en materia de inversiones desempleo y pacificación. Este último tema teniendo una singular importancia, ya que entre 1980 y 1992 el movimiento maoísta “sendero luminoso” y sus colegas terroristas del movimiento guevarista M.R.T.A (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru), habían provocado muerte y daños materiales por millones de dólares contribuyendo a la destrucción de la infraestructura. Con una preocupación de pacificación o de justificación para atacarse hacia las entidades estatales, Fujimori elabora una serie de decretos-ley que reorganizan todo el aparato represivo del Estado. El Parlamento, estimando que el Presidente no ha respetado las condiciones de la ley que lo habilitaban a legislar, anuló los decretos respectivos en febrero de 1992. En efecto, la reorganización del sistema represivo que Fujimori había previsto no pasaba por el refuerzo de las autoridades civiles como se había entendido con todos los partidos políticos (que no querían conceder poderes a los militares), esta concertación había tenido lugar en debates previos y era una condición para adoptar la ley 25 327.

 

El renacimiento del totalitarismo:

 

En abril de 1992, dos meses después de la anulación por parte del Parlamento, el ingeniero anuncia la disolución de esta institución del Estado y en lugar de convocar a elecciones legislativas convoca a elecciones para crear una nueva Constitución: es lo que se llama un autogolpe. La consecuencia inmediata es el aumento impresionante del poder militar. Igualmente, y según el análisis del profesor en el Instituto de ciencias políticas de Aix-en-Provence (Francia), Olivier Dabène, el poder del servicio de inteligencia es puesto en el mismo rango que el propio poder presidencial, en una jerarquía en la cual estos dos dominan a las fuerzas armadas. Para legitimar este autogolpe y la subida al poder del servicio de inteligencia con el aval de Fujimori, se procederá a la captura del líder terrorista Abimael Guzmán que ya estaba seguido desde hace varios meses, y que bien hubiera podido ser arrestado antes del autogolpe.

El mes de abril de 1992 marcará entonces el final de la era democrática del Presidente e inaugurará un período de más de ocho años donde la concentración autoritaria del poder estará en manos de Fujimori y de su asesor, el jefe del servicio de inteligencia, Vladimiro Montesinos.

 

Pero antes de ir más lejos sobre este tema, sería conveniente de saber cuáles fueron las razones de la llegada a la presidencia de Fujimori, y ¿por qué se confió extrañamente tanto poder a su asesor? Por otro lado, también sería lógico de preguntarse ¿por qué sólo ocho años después se operó la caída de este régimen? Y por último, ¿cuáles fueron las causas que llevaron a la restauración de la democracia?

 

A continuación trataremos de resolver estas interrogantes analizando en primer lugar las causas sociales y políticas que llevaron al poder y que degeneraron a Fujimori.( I ).

En un segundo tiempo y después de una lógica cronología estudiaremos algunas de las razones que llevaron a la restauración democrática y a lo que se refleja actualmente en la sociedad peruana. ( II ).

 

I / Las causas de la llegada al poder de Fujimori y la degeneración de un apolítico:

 

En esta sección procederemos a un análisis de las diferentes razones que se conjugaron y que dieron como resultado la victoria de un apolítico frente a la ineficacia del régimen de los partidos tradicionales ( A ). En un segundo tiempo, veremos cómo y por qué se operó este cambio que los peruanos esperaban, degenerando y provocando el final de una era democrática ( B ).

 

A / Un sistema político tradicional ineficaz:

 

Si el sistema político de los años ochenta se había mostrado ineficaz es porque los partidos de tradición no habían sabido solucionar los problemas más graves del Perú ( 1 ). De esta manera, Fujimori dándose una imagen en ruptura con este sistema quería encarnar una nueva era apolítica de prosperidad ( 2 ).

 

1 ) El cansancio de los partidos tradicionales y la impotencia de estos a manejar la política interna del Perú:

 

Como lo hemos relatado anteriormente, al final de los años setenta una restauración de la democracia se opera, llevando a la victoria presidencial a un partido de tradición de centro- derecha, cinco años después un cambio se opera dándole esta vez la victoria a un partido de tendencia opuesta (social-demócrata). No obstante, si bien el peruano espera una transformación de los objetivos del Estado para solucionar una situación interna que se agrava, este cambio de Presidente se da en el marco del sistema de partidos tradicionales. Siendo la segunda y última oportunidad acordada a éstos antes de la entrada en el campo político de un hombre contrario a los procedimientos de estos grupos políticos.

Durante la década de los ochenta, también llamada “década perdida”, dos problemas mayores fueron la causa del desastre que se vivió en el Perú, teniendo como principales protagonistas (que el pueblo confunde con culpables) a los partidos. Estos son problemas fueron el terrorismo y la crisis económica.

En cuanto a los terroristas, éstos se aprovecharon de la reconciliación con la democracia en 1980 para restablecer la lucha armada en mayo de ese año. Una estrategia ventajosa para los guerrilleros, ya que los civiles que tienen en sus manos el poder rehusan en la medida de lo posible toda intervención de los militares en los asuntos capitales del Estado. Y como los militares son distanciados (al comienzo) de los terroristas, estos últimos pueden así conquistar, de manera irreversible, las regiones más alejadas y pobres del Perú. Es únicamente siete meses después de los primeros ataques terroristas, y solo cuando estos se aproximaban de Lima, que el Presidente de la República dio poderes a los militares para combatir el terrorismo, lo que provocó automáticamente un aumento de violaciones de los derechos humanos. Por otro lado, terrorismo no solo se aprovechó de la frágil situación política, pero también benefició de una geografía y de una vegetación adecuadas para quedar casi siempre en la clandestinidad. Por último, no hay que olvidar que la causa más importante del terrorismo es la pobreza y el sentimiento de abandono por parte del Estado centralizado en la capital. Es de esta forma que los terroristas captaban a sus adeptos, muchas veces obligando a los campesinos a unirse a su lucha y conjugando esta obligación con un resentimiento hacia los limeños o los políticos que concentraban el poder y las riquezas. De esta manera, incluso los militares no creían que la solución fuese de aumentarles el poder pero sabían (como hombres de terreno que eran) que la solución era la erradicación de la pobreza. Así, en 1984 el comandante de la zona de Ayacucho, general Huamán Centeno decía, en una entrevista de S. Bourque y K. Warren para el Latin American reseach review: “Aquí la solución no es militar, porque si tal fuese el caso, ya hubiera resuelto el problema en algunos minutos(...) pero esta no es la solución. Lo que pasa es que tenemos que tratar con seres Humanos en pueblos perdidos que claman su miseria desde hace 160 años y nadie los ha escuchado. Nosotros sufrimos ahora las consecuencias”. Por consecuente, lo que agravo aún más el terrorismo fue la economía peruana de los ochenta, que detallaremos a continuación, aumentando así la cantidad de pobres y humillando a las clases campesinas

En cuanto a la economía, no hay que olvidar que cuando el gobierno militar le devuelvió la democracia al Perú, es porque la situación económica era catastrófica: Enorme déficit del presupuesto nacional, una masa monetaria que no cesaba de aumentar para financiar las industrias públicas que a su vez no generaban ningún beneficio... Desde su entrada al poder en 1980, el gobierno de F. Belaúnde trata de rescatar al país de la crisis instaurando una serie de medidas para liberalizar una economía y un comercio exterior poco integrados en la esfera internacional. Pero la industria peruana, incapaz de resistir al cambio drástico en la política económica (de proteccionista a liberal), cede ante los productos importados por falta de preparación y concertación con el gobierno. Esto provoca un aumento de más de 80% de las importaciones y por ende un aumento del déficit de la balanza comercial. Para salir de este problema, un cambio de planes se opera en 1983, así las tasas de importación se elevan (para favorecer al mercado interno), el precio del petróleo también se incrementa y la moneda se devalúa. El resultado será un generoso excedente en la balanza comercial, pero también una inflación de mas de 110% (debido a la devaluación provocada), un aumento de 8.4 a 11millares de dólares de deuda externa, y una destrucción del poder adquisitivo en un mercado interno moribundo después del cierre de numerosas industrias. El Perú, desnudo frente a la crisis económica mundial no hace mas que hundirse en su propia inflación, y es de esta manera que el Presidente izquierdista, Alan García, toma las riendas del Estado.

En el primer día de su mandato la deuda externa absorbía 60% de los beneficios de las exportaciones, siendo razonable según la concepción del presidente García de imponer al Fondo Monetario Internacional (FMI) un límite de pago estimado a 10% del beneficio de las exportaciones. Desde el punto de vista del FMI, esta no era la solución al problema, y poco a poco esta institución perdió confianza en el Perú dejándolo a la merced de la miseria. Por otro lado, el cobre, la plata y el zinc, que son unos de los productos más exportados por el Perú, han bajado de precio en los mercados internacionales, y aunque la producción minera haya aumentado, el beneficio generado por la exportación de estos productos ha bajado de un tercio entre comienzos y mediados de los años ochenta. Frente a esta hecatombe económica el Presidente opta por la política del “borrón y cuenta nueva”, creando en 1986 una nueva divisa monetaria: El Inti. A partir de esa fecha se fijan los precios de los productos de primera necesidad, los salarios y la inversión pública son aumentados, se reducen los impuestos y el precio de la energía. Todas estas medidas buscaban el aumento del poder adquisitivo, del comercio y por consecuencia una reactivación de la industria peruana. Incluso un plan quinquenal, de inspiración soviética de los años cuarenta, debía de cuadrar todo el sistema económico mejorando la calidad de vida de los más pobres. Pero una vez más, los resultados son ligeros: un crecimiento de 8% en 1986 y una inflación reducida de mitad. Pero como contrapartida a este avance y por segunda vez desde 1982, a nadie se le ocurrió preparar a los industriales a una demanda interna que se preveía creciente (debido al aumento de los salarios), y por consecuencia, el Perú vivirá una penuria alimentaria que lo llevará a aumentar sus importaciones de 35%. Finalmente, la situación termina agravándose más a causa de la dependencia a la exportación petrolera, y esto debido a un desplome de 55% del precio del barril de crudo. El resultado es automático en la balanza comercial y de pagos provocando así un déficit de más de 1.5 millares de dólares. En 1987 la deuda pasa los 20 millares y el FMI ya ha decidido de no acordar más préstamos; Mientras que, por su parte, los capitales extranjeros se alejan del Perú por miedo de una nacionalización masiva y debido a los riesgos de la economía del país.

A finales del año 1988, ¡el PNB baja de 25%, y el nivel de vida se degrada en al menos 40% y de manera tal que ha provocado una disminución de 15% de las importaciones! En 1989, poco antes de terminar su mandato, la inflación sin precedentes llega a un ritmo de 2300% por mes, el descontento general y las huelgas que paralizan al país obligan a García a jugar la carta de la liberalización tal como lo hizo el general Morales-Bermudez antes de dejar el mando e inaugurar una nueva era política.

 

2 ) La imagen de Fujimori en ruptura con la política de los partidos:

 

Ante todo este alboroto socio económico, la imagen de todo político era poco apreciada por la opinión pública, ya que durante diez años los dos ejes principales del sistema político del Perú no habían sabido resolver los problemas del país y habían empeorado la situación. Fujimori por su parte beneficiaba de una imagen “fresca” porque pocos lo conocían, encarnaba el hombre no politizado y por ende independiente. Sus intenciones eran claras (la propaganda resumía todo en tres palabras “honestidad, tecnología y trabajo”), y su campaña se centraba mas en las ideas y en la imagen popular que en la confrontación personal contra sus competidores. Todo esto, se conjugaba evidentemente con el cambio y la ruptura con los partidos que los peruanos buscaban, ya que aquel contrato social que se había pasado con ellos en 1979 (firma de la Constitución) no había dado sus frutos.

Fujimori aparece entonces en 1990 como el salvador frente a su rival: el escritor Mario Vargas Llosa quien proponía de manera franca un “choc” económico para salvar el sistema de la crisis. Pero si bien, este último era también un nuevo llegado en política y beneficiaba del respeto de millones de ciudadanos, no parecía ser el que encarnaba de manera más auténtica su independencia de la clase política de antaño.

Entre los allegados de Fujimori todos eran nuevos y pertenecían a una comunidad de descendientes de japoneses que resaltaban aún más esa impresión de cambio. Con Vargas Llosa, la diferencia era flagrante ya que sus nuevas figuras por mas nuevas que fuesen representaban, para el elector, al blanco adinerado e ignorante de la miseria o al criollo “palabrero” y demagogo.

Por otro lado, las referencias al Japón de Fujimori en sus discursos de candidato alimentarían, según la profesora en asuntos latinoamericanos en la universidad Paris III Dra. Demélas-Bohy, la idea que existiría una estrecha relación peruano japonesa, y que estos últimos estarían dispuestos a ayudar al Perú, llevándolo hacia las vías del éxito asiático. Esta tesis se ve reconfortada si se tiene en cuenta de la desconfianza que el ciudadano tenia para con sus representantes tradicionales y del cambio de mentalidades de la sociedad peruana (menos nacionalista) desde el final del régimen militar.

 

B / El precio del cambio o el trueque con la democracia:

 

Toda voluntad de cambio sin medir las consecuencias tiene un precio, así pasar sin preparación de un régimen liberal hacia un régimen socialista (como en 1985) dio como resultado una hecatombe económica porque se quiso re-fundar un sistema que existía desde poco. Fujimori desde su llegada a la Presidencia sabrá que el poder en la República es compartido, pero que para salir del hoyo complicado de los procedimientos políticos y hacer avanzar al país, deberá sacrificar lo creado y convertirse a su turno en fundador de una nueva era pervirtiendo el poder de manera totalitaria (1) antes de verse controlado en su misma tela de araña por un segundo hombre hambriento de poder (2).

 

1) Fujimori y la perversión del poder:

 

El filósofo francés Montesquieu decía que: “aquel que tiene el poder tiende a abusar de él”. Es por eso que, según una vieja concepción de la democracia, que viene desde la antigua Roma, y que fue imitada por los ingleses y calcada por los estadounidenses, existen una serie de mecanismos en el Estado que tienden a limitar el poder y a repartirlo para evitar los abusos. De esta manera, en el Estado hay tres poderes que deben siempre de permanecer independientes uno del otro, dos nos interesan aquí: el ejecutivo (Presidente y ministros), y el legislativo (parlamentarios). En democracia y según una y otra Constitución, en el Perú los ministros se reparten las carteras según temas específicos, pero el que los nombra es el Presidente de la República ya que este es él quien representa al pueblo que lo ha elegido. La consecuencia inmediata es que los ministros siguen la tendencia y la política del Presidente. Por su parte el poder legislativo se ocupa de hacer las leyes y representa a todas las voces del pueblo ya que en su seno confluyen los partidos más importantes, la concertación con los ministros (y por ende con el Presidente) es importante para llevar a cabo una acción que solo puede ser conjunta en democracia. Por esta razón, cuando la mayoría en el legislativo es del mismo partido que el Presidente la negociación es más rápida, pero cuando el Presidente no obtiene la mayoría un acuerdo es necesario con otro(s) partido(s) para llevar a cabo una acción. Finalmente, y simplificando este tema, el legislativo tiene una arma contra un poder ejecutivo que no les conviene, así los parlamentarios pueden destituir de manera Constitucional a los ministros dando un mensaje de descontento al Presidente quien nombrará un nuevo gabinete. Pero el parlamento no abusa de esta arma ya que aquel mecanismo tiene su contrapartida en el poder ejecutivo y más específicamente en manos del Presidente, quien puede disolver el poder legislativo y convocar a elecciones cambiando así a los parlamentarios.

Según esta concepción, el mejor aliado de un Presidente democrático debe de ser el parlamento, pero después de las elecciones de 1990 donde dos tercios de la población - mas allá de votar por Fujimori o por Vargas Llosa – votó contra los partidos y el sistema tradicional, iba a provocar un futuro corto circuito entre el poder ejecutivo y legislativo.

En efecto, como lo hemos detallado anteriormente, el 5 de abril de 1992 Fujimori decide disolver el poder legislativo utilizando sus prerrogativas constitucionales de jefe de Estado. Pero el entonces Presidente no se limita a este punto, y seguramente por miedo de perder las elecciones legislativas que se anunciaban luego de la disolución, decidió cerrar anticonstitucionalmente la cámara de diputados y senadores con la ayuda de las fuerzas armadas y de convocar a elecciones para elegir un congreso que tendrá como misión de crear una nueva Constitución. Es a partir de esta fecha que Fujimori comienza a gobernar a la imagen de un conquistador de la época de la colonización, ya que no solo busca fundar por enésima vez el sistema peruano, pero también aumenta el poder Presidencial y lo centraliza aún más, provocando lo que muchos entes democráticos calificarán de dictadura enmascarada en democracia. Por su parte, los ciudadanos saben que este mecanismo no es correcto y que Fujimori, normalmente garante de la Constitución, está creando un sistema a su imagen totalitaria. Pero muchas razones reprimen la voz del pueblo, la primera es el miedo de los militares que ocupan las calles y los alrededores de los edificios públicos, el temor de las fuerzas armadas libertinas no ha abandonado aún la memoria de los peruanos desde la era militar. En segundo lugar, el peruano ve en este cierre del legislativo un castigo hacia los parlamentarios tradicionales y a los partidos que representan, por esta razón, el pueblo está dispuesto a ceder provisoriamente sus instituciones a cambio de avances en materia de terrorismo y economía. En esta lógica, a algunos les vuelve esta nostalgia del “hombre fuerte” en el poder capaz de resolver los problemas que los hombres políticos no han sabido manejar; En cierto sentido, este es un problema al que muchos países de Latinoamérica se ven confrontados, ya que en tiempos de dictadura las acciones del Estado solían ser más rápidas y en democracia fueron más lentas porque la voluntad tenía que ser común. Así, en octubre de1996, en una encuesta del Latinobarómetro, se estima que en el Perú, al igual que en América Latina, más de 65% de la población está poco o nada satisfecha con la democracia (el mejor resultado es presentado por Uruguay con “solo” 47% de descontentos).

El Perú, luego de la captura del líder terrorista Abimael Guzmán, cinco meses después del autogolpe, para legitimar el nuevo régimen, comenzó a creer a ojos cerrados que el sistema fujimorista antidemocrático y totalitario daba efectivamente sus frutos. Lo que es cierto es que Fujimori, como buen populista que fue durante su mandato, le dio al pueblo lo que quería, castigando a los partidos, avanzando en materia de terrorismo y economía. Pero su estrategia de utilizar y aumentar el poder a entes sin poderes constitucionales, como el servicio de inteligencia, iba a reservarle una consecuencia inesperada.

 

2 ) La aparición de un segundo hombre en el seno del poder:

 

Luego del autogolpe, la democracia fue confiscada, la constitución fue cambiada, y las instituciones fueron controladas por personas de confianza. El poder Presidencial era supremo ante otro ente del Estado, e incluso el parlamento estaba bajo su control gracias al tráfico de influencias o a la corrupción que se organizaba discretamente. El poder judicial por su parte se esforzaba, seguramente por la primera vez en su historia, en ser una institución independiente, pero las presiones políticas y la corrupción en su seno eran tales que les era imposible de mantener un Estado de derecho digno de una República.

Una sola institución quedaba a ser sometida: Las fuerzas armadas, que desde la independencia del Perú no habían sido controladas lo serán bajo el régimen de Fujimori gracias al aparato de influencia de su asesor del servicio de inteligencia (Vladimiro Montesinos).

Fujimori se impone, desde su llegada al poder, a los militares, y no tardará en confiscarles los privilegios absolutos que estos se habían atribuido: Devolución de los botines de guerra recuperados a los narcotraficantes, restauración del poder civil en zonas ocupadas por militares y terroristas. Y sobretodo, el retiro a la alta jerarquía del beneficio de nombrar a su jefe según una regla primus inter pares. Según el editorial del diario peruano El Expreso del 9 de mayo de 1992: “durante decenios, la nominación de los comandantes en jefe de cada una de las fuerzas armadas dependía de un escalafón interno y, eventualmente, de una asamblea de estos oficiales que designaba al primero de entre ellos. Este era luego nombrado, sin discusión alguna, por los civiles que ejercían el poder político”.

El asesor Montesinos va a jugar aquí un papel principal, utilizando sus influencias, extorsionando (porque filmaba a todos sus invitados en situaciones comprometedoras), y corrompiendo a las fuerzas armadas para reformarlas y someterlas al poder Presidencial. Fujimori, para recompensar tanta “lealtad” y por el hecho de hacer discretamente el trabajo sucio del nuevo régimen, dio al servicio de inteligencia poderes de decisión y un presupuesto completamente autónomo y secreto. El nombre de “servicio de inteligencia nacional” cubriría de esta manera toda investigación bajo el pretexto de la seguridad nacional. Más tarde, el asesor se servirá de este aparato del Estado para llevar a cabo una serie de tráficos ilícitos al interior y exterior del Perú, amasando una gran cantidad de dinero sucio y tratando con mafias internacionales. Por consecuencia, si volvemos a tomar en cuenta esta frase de Montesquieu que dice “todo aquel que tiene el poder tiende a abusar de él” nos damos cuenta que el asesor se aprovechó del cheque en blanco que el irresponsable Presidente le firmó, abusando del poder que se le había acordado.

Sin embargo todo esto no hubiera sido posible sin el aval de la CIA quien protegía la acción de Montesinos, por ser uno de sus informadores privilegiados. Protección que le será retirada después de que el Departamento de Estado estadounidense se diera cuenta que Montesinos jugaba con dos barajas, comportándose como espía para Washington, pero a su vez vendiendo armas a las FARC que los estadounidenses combatían con el Plan Colombia. Basándonos en una publicación del Instituto de Altos Estudios de América Latina de la universidad Sorbona de Paris: Fujimori, su asesor, y sus cómplices, funcionaban como una “camarilla de mafiosi” que contaba con el apoyo de los Estados Unidos y de organismos financieros internacionales. Estos últimos se aprovechaban así de la situación de un Perú frágil, centralizado y sin alternancia política. Fue solo cuando esta camarilla traicionó a Washington que todo el régimen comenzó a desplomarse.

 

 

II / Las razones de la restauración democrática:

 

Después de haber vivido diez años bajo un régimen autoritario y mafioso, la coalición fujimorista se descompuso a raíz de escándalos de corrupción puestos a la luz por la publicación de los videos comprometedores que Montesinos acumuló durante una década. Por su parte, Fujimori fue destituido por incapacidad moral después de haberse fugado al Japón. Durante un año y bajo el respeto de los principios constitucionales, un gobierno provisorio tomó las riendas del Estado, convocando a elecciones presidenciales y viendo (re) aparecer antiguas y nuevas alternativas políticas (A) que crearon a sus vez un despertar generalizado de la sociedad civil (B).

 

A / Una nueva alternativa política:

 

Poco antes de la caída del régimen, Fujimori organizó elecciones Presidenciales en las cuales proponía su persona a un tercer mandato de cinco años. Este proceso electoral fue la ocasión, para muchos observadores imparciales y detractores de Fujimori, de demostrar que este Presidente no era mas que un autoritario y que las elecciones estaban manejadas con la ayuda del asesor Montesinos ( 1 ). Por otro lado, estos comicios sirvieron también como vitrina de algunas nuevas alternativas políticas que convencieron (a pesar de la manipulación) a una parte de la población ( 2 ).

 

1 ) El papel jugado por la Organización de Estados Americanos (OEA):

 

A pesar de algunos llamados a la inconstitucionalidad por parte de la oposición, en el año 2000, Fujimori va a decidir de presentarse por tercera vez consecutiva a las elecciones presidenciales para perpetuarse en el poder cubriéndose detrás de una democracia controlada, a la imagen de decenas de dictadores como Sadam Hussein en Irak, Loukachenko en Bielorrusia, etc.

Para una minoría de peruanos preocupados por los valores democráticos, este régimen se perfilaba más y más a una dictadura; Pero también, y sobre todo, para la comunidad internacional, quien beneficiaba de una educación cívica democrática y que no sufría del adoctrinamiento informativo que pesaba en el Perú.

En el año 2000, para ningún analista en asuntos políticos era un secreto que en el Perú la democracia estaba “enferma”, el problema era saber cómo se podía demostrar esta tesis con pruebas concretas. Y si bien las pruebas concretas no existían aún, hasta el descubrimiento de los videos del asesor, la presunción de violaciones de los derechos constitucionales de los peruanos fue demasiado grande para los observadores de la OEA.

El papel jugado por esta organización fue el siguiente: Eduardo Stein, jefe de la misión de observadores de la OEA, (y ex ministro guatemalteco) llegó al Perú para observar los comicios, lo que no inquietaba a la cúpula en el poder ya que se sabían cubiertos por los estadounidences y también por un principio de derecho internacional que impide a otros países de entrometerse en los asuntos internos de un Estado independiente. Pero Stein, fue más allá de su trabajo, y exponiendo el Perú a una crisis diplomática, se comportó como un inspector, “denunciando” la legitimidad de la victoria de Fujimori, y teniendo como argumento principal la diferencia entre el porcentaje obtenido, y el que reflejaba las encuestas. En efecto, esto era lo único que se le podía reprochar al régimen ya que la manipulación de los medios de comunicación, el espionaje de candidatos, el control del software que contaba los votos (...), eran únicamente fuertes presunciones sin pruebas. Más tarde, luego de una primera vuelta donde la victoria de Fujimori era contestada por muchos, y antes de la segunda vuelta, Stein decidió de irse del Perú en signo de protesta. Por su parte, el candidato opositor, Alejandro Toledo, se retiró de la contienda convocando más tarde a una manifestación revolucionaria llamada “Marcha de los Cuatro Suyos”.

Finalmente, el órgano plenario de la OEA se reunió en Windsor, Canadá, para tratar con urgencia el caso peruano, pero después de negociar sobre los puntos críticos del tema, México, Brasil y Venezuela se opusieron a obligar al Perú a convocar a nuevas elecciones.

En apariencia esto resumía a “nada” las intenciones de Stein y de la clase política democrática del Perú; Sin embargo, todo este trabajo sirvió al menos a legitimar la lucha interna por la libertad (encabezada por Toledo), sembrando así los primeros granos contra el totalitarismo.

 

2 ) El éxito de la crítica toledista o la personificación de una nueva alternativa política:

 

El economista Alejandro Toledo, candidato presidencial poco conocido en 1995, supo convertirse, en pocos meses, en el máximo opositor del régimen fujimorista. Durante la campaña presidencial del 2000, mientras que el aparato del servicio de inteligencia y los medios de comunicación controlados atacaban a los candidatos más “peligrosos” para Fujimori; Toledo, que nunca había tenido un cargo público de confianza en el Perú, estaba aún al margen de la campaña de desprestigio que pesaba sobre los demás. De esta forma, este último continuó a subir en las encuestas, llegando así a obtener un segundo lugar, detrás de Fujimori, y situándose de esta forma, en la cabeza de la oposición contra el Presidente.

De esta manera, el candidato Toledo supo canalizar todas las voces de la oposición, resumiéndolas en una sola y llamando a una alternancia política que sólo podría ver la luz si se terminaba con la era fujimorista. En este sentido, Toledo, valiéndose del descontento de una parte de la población y aprovechándose de sus orígenes humildes e indígenas para convencer (de indio a indio) al electorado más alejado, trajo en su discurso el refuerzo de las instituciones democráticas como solución a los problemas que quedaban por resolver.

En un primer tiempo este fue su tema de predilección para contrariar al grupo fujimorista, ya que en este punto todas las agrupaciones políticas que se sumaron a él estaban de acuerdo. Para estas agrupaciones, Toledo representaba entonces un caballo de Troya en el que podían confiar para restablecer la alternancia política y aspirar, a corto o a mediano plazo, al poder sin toledismo.

[Por esta razón, después de la fuga de Fujimori, Toledo utilizará argumentos que lo demarcarán de los otros políticos que se habían sumado a él, para ganar no sólo la democracia pero también para llegar, al fin, al sillón presidencial]

Sin embargo, el candidato Toledo sabía que si quería tener una chance de ser presidente algún día, tenía que ir más lejos en sus planes y atreverse a hacer lo que pocos políticos se habían atrevido a hacer hasta entonces. De esta forma, renuncia a debatir de temas electorales de igual a igual con Fujimori, y lo denuncia ante el pueblo y ante la comunidad internacional (respaldado por la OEA), tachándolo de antidemocrático y de totalitario. Así, Toledo quiere encarnar la referencia democrática del Perú y convertirse en el nuevo hombre del cambio. No un cambio del régimen de los partidos hacia un independiente, como lo había hecho Fujimori en su tiempo, pero un cambio de un régimen centralista y autoritario hacia una era de reconciliación democrática.

Más tarde, Toledo convocará a una gigantesca marcha nacional (la denominada Marcha de los Cuatro Suyos en honor a las regiones del antiguo imperio incaico) que movilizará a decenas de miles de personas desde diferentes puntos del país hacia la capital, para manifestar contra Fujimori el día de la toma de su tercer mando como Presidente. Esta manifestación de la voluntad popular será duramente reprimida por la policía y degenerará a raíz de las hábiles provocaciones de estos últimos para con los manifestantes, dando de esta manera, una imagen de manifestantes salvajes y anarquistas.

Luego de este triste episodio, los peruanos están divididos: Por un lado los partidarios del cambio se han reconfortado en su lucha o han reaccionado al llamado de Toledo y a la actitud de la OEA. Y por otro lado, los partidarios de Fujimori, que piensan que en el Perú un cambio sería un regreso a la ”anarquía” de los ochenta. Y otros que estiman que Fujimori vive una crisis como las que se vivía actualmente en Venezuela, Colombia o Ecuador sin fundamento otro que el descontento por la pobreza.

No obstante, una gran parte de los peruanos vivían poco interesados por la situación, ya que el control de los medios de comunicación era tal (la totalidad de los siete canales de televisión...), que la población, como adormecida, no reaccionaba o no comprendía la magnitud de las denuncias se acumulaban contra Fujimori (violación de los Derechos Humanos, corrupción, elecciones manipuladas...)

 

B / El despertar de la sociedad civil:

 

Son los civiles en el Perú quienes decidieron el momento de la caída de la dictadura, ya que sin su movilización ninguna acción hubiera tenido éxito. El despertar como lo llamamos aquí, vino con la generalización de la libertad de prensa que acaparó la atención de gran parte de la población ( 1 ). Sin olvidar que los motores de la democratización fueron también las nuevas generaciones inspirando al Perú el ejemplo de las grandes democracias del Mundo ( 2 ).

 

1 ) La generalización de la libertad de información:

 

Después de un período de control de las informaciones por parte del servicio de inteligencia, y un periodo de corrupción masiva de los periodistas y los barones de los medios de comunicación, la realidad salta a la luz gracias a una sustracción concertada de los archivos del jefe del servicio de inteligencia. En efecto, durante la era fujimorista, el aparato del Estado necesitaba el apoyo de los medios de comunicación para legitimar sus acciones autoritarias y para adoctrinar a la población. Los servicios del asesor eran de gran utilidad durante los periodos más difíciles de la dictadura ya que en ciertos momentos no todos los dirigentes de los medios de comunicación estaban de acuerdo con los métodos fujimoristas. Estos responsables de capitales privados, buscaban por un lado mantenerse alejados de un régimen demasiado autoritario, pero también, querían disfrutar de la libertad de informar que la caída del régimen militar les había ofrecido. Por esta razón, cuando los dueños de las cadenas de comunicación no querían colaborar, el jefe del servicio de inteligencia los corrompía. El dueño a su vez, se comprometía a cambiar la línea editorial de su medio de comunicación, optando por un apoyo sin reservas hacia Fujimori. Por ello, los medios de comunicación controlados ya no investigaban sobre la coyuntura, ya no discrepaban, y el trabajo informativo se limitaba a tratar de temas de segundo plano, de anécdotas, de informaciones policiales, e incluso se ocupaba de alimentar mitos sin base científica. En cuanto a los dirigentes que no querían someterse, eran puestos de lado con artimañas políticas y jurídicas que reflejaba la falta de Estado de Derecho en el Perú. Así, se dejaba el lugar a los accionistas minoritarios, que con el aval del gobierno, tomaban el poder de los medios difíciles a someter. Ganándose ilegalmente los favores de estos accionistas minoritarios, el aparato de inteligencia de la dictadura controló de esta manera la totalidad de las cadenas televisivas y numerosas cadenas radiales y de prensa escrita.

Años más tarde, con la publicación de los videos del jefe del servicio de inteligencia, se mostró lo que sucedía realmente en esta pieza de teatro montada para distraer la atención de los peruanos: En efecto, la gran mayoría había recibido directamente dinero público para fundar nuevos medios de comunicación (por supuesto pro Fujimori) o para invertirlos y agrandar la empresa difusora de comunicación.

En todo caso toda esta manipulación que duró más de ocho años fue la que provocó por su propio peso la caída del régimen ya que por falta de alternativa televisiva la demanda de comunicación opositora era creciente. Por esta razón, algunos meses antes de la caída del régimen, algunas empresas de comunicación fueron creadas con miras a denunciar la dictadura captando así una parte de la población hacia la “resistencia”, y acelerando de esta manera la caída del régimen. Pero, la presión económica y política que pesaba sobre ellos era tal que algunos abandonaron y otros se vieron resueltos a continuar pero con un publico restringido. Por ejemplo, una nueva cadena televisiva “resistente” fue creada (el canal 8), pero sabiendo que el Estado no les acordaría un sitio en ondas hertz y que sus medios económicos eran magros, esta cadena decidió de transmitir por el cable, manteniéndose así independiente de la publicidad del Estado que alimentaba indirectamente las tesorerías de los canales corrompidos. Por cierto, fue justamente en este medio de comunicación donde se produjo la primera publicación de los videos del asesor siendo transmitida en simultáneo por internet (peru.com) mostrando que el progreso de la tecnología fue también un ente de ayuda para la aceleración de la caída de Fujimori.

Con la fuga de este al Japón, cambios espectaculares se operaron en la política interna del Perú, y luego de restablecer el Estado de Derecho, se procedió a la eliminación de la subordinación que se tenía para con la prensa, devolviendo el derecho de estar informado y de informar a los ciudadanos en acuerdo con las disposiciones de la Declaración de los Derechos Humanos. Por último, cabe recalcar que esta generalización de la libertad de información provocó, por sus revelaciones, reacciones por parte de la población, y dio nuevas herramientas informativas para que los electores conozcan a sus candidatos, creando así una opinión pública más informada que antes. Pero si la situación ha progresado, debe mejorar aún para llegar a índices de real independencia informativa. Por ello, en un estudio sobre la libertad de la prensa realizado por Reporteros sin fronteras en 2004, se muestra el vergonzoso puesto alcanzado por los reporteros peruanos: 123avos sobre 167; justo delante de Haití (el país más precario de América) en el puesto 125, por su parte Chile es 42avo, mientras que Francia alcanza el decimonoveno lugar y los estadounidenses llegan al puesto 22.

 

2) El nacimiento de una generación de inspiración democrática y lo que sucede hoy con el resto de la población:

 

Poco antes de la fuga del ex Presidente Fujimori, hay que constatar que en los diez años en los que ocupó el poder, una nueva generación de peruanos tuvo tiempo de llegar a la mayoría de edad, por ello estos nuevos ciudadanos eran una clave para el éxito de la caída del régimen. Si bien es cierto que no todos los jóvenes peruanos tenían (y aún es el caso hoy) la posibilidad de acceder a los medios modernos como el cable, el internet... Algunos que si podían permitírselo supieron comparar y repudiar a su debido momento un sistema que no se podía asimilar a la democracia. En primer lugar, comparando la información interna del Perú con la información externa sobre el Perú, se podía ver un bosquejo de lo que representaba este sistema autoritario para los peruanos y de cómo la información era manipulada. El aislamiento de la información independiente tuvo entonces un límite que fue el avance tecnológico al cual pocos pueden oponerse (por más autoritarios que sean), y que generó por consiguiente un leve crecimiento de los opositores al régimen.

Por otro lado, las empresas privadas que anduvieron satisfechas por la actitud de Fujimori en el plano de la economía, se vieron unos años después, resueltas a pedir (indirectamente) al gobierno reformas de “segunda generación” que consistían básicamente en la transparencia de las decisiones públicas y jurídicas. De esta manera, los privados querían independizar la economía de la coyuntura política peruana para volverla más competitiva y con menos riesgos a nivel internacional, favoreciendo así la venida de inversiones extranjeras.

Actualmente, el Perú es un país en serias vías de desarrollo social y económico (+5%), pero al igual que con la libertad de prensa, el país tiene que hacer progresos para abolir la corrupción que corroe lentamente la frágil democracia, en este sentido la ONG Transparency International revela que el Perú obtuvo en 2004 una nota de 3.5 sobre 10 puntos, señalando que queda mucho trabajo para aprobar el examen. Finalmente, es cierto que la última generación está más hermanada con la democracia, pero según encuestas recientes 35% de la población ignora lo que significa esta palabra. Y esto porque la educación es todavía muy precaria y la pobreza latente (47% de los peruanos son pobres de los cuales 20% en estado de indigencia) cediendo así el paso a sentimientos revolucionarios recientes, llamados “etnocaceristas[3]” que preconizan el ultra nacionalismo y que piden el regreso de un gobierno imponente como solución a todos los males.

 

Conclusión:

 

El autoritarismo y la dictadura en el Perú fueron modos de vida y de gobierno aceptados durante generaciones por la población. Es sólo desde hace algunos años que el peruano ha podido gozar de la democracia, confundiéndola con la causa de los males del país y sintiéndose entonces más protegido con un régimen autoritario. Este, es fruto de la pobreza y de la falta de educación que reina aún en las zonas alejadas de la capital. La solución a este problema no es otra que la descentralización del país y la aplicación de una política social  inclusiva y sostenible para con los más pobres, poniendo de lado el populismo y la demagogia tan odiada por las clases desfavorecidas. Sin embargo, hoy en el 2011 a puertas de nuevas elecciones presidenciales, ninguna persona fiel a la humanidad, a los intereses republicanos y con capacidad de entendimiento ético debe apoyar la candidatura de los Fujimori. Esto seria sinonimo de nuestro retrazo a nivel cultural y humano, etiquetandonos a nostros mismos como una nacion que sin entender las lecciones del pasado vuelve a repetir los errores en el presente.

 


[1] Alianza Para la Revolución Americana fundada por Víctor Raúl Haya de la Torre

[2] Según el informe final de la Comisión de la Verdad que comenzó a investigar en el 2001 los estragos del terrorismo

[3] Nombre inspirado del Oficial militar de reconocida trayectoria: Andres A. Caceres quien luchó en la guerra de 1875 contra Chile convirtiéndose en un héroe nacional por su valentía y nacionalismo

Condenan a ejecutores del Plan Condor en el caso "Automotores Orletti"

Condenan a ejecutores del Plan Condor en el caso "Automotores Orletti"

En el marco del proceso seguido a Eduardo Ruiz Cabanillas, general argentino en retiro, por el caso "Automotores Orletti". El Tribunal Oral Federal N1 de Argentina, reunido el jueves 31 de marzo lo condeno a la pena de reclusion perpetua por haber dirigido en 1976 un centro de torturas en el marco del denominado "Plan Condor," un acuerdo entre dictaduras sudamericanas para eliminar a los opositores politicos de izquierda. La decision de justicia se sustenta en hechos probados cometidos por el general: cinco homicidios agravados, veintinueve detenciones ilegales, veintinueve casos de torture, segun ha declarado el tribunal al final del proceso de justicia. Asimismo, Raul Guglielminetti, alias "Mayor Guastavino" y los miembros de servicios de inteligencia, Eduardo Ruffo y Horacio Martinez Ruiz, fueron condenados a veinticinco anos de reclusion criminal y veinte anos para los dos ultimos procesados.



Estuvieron presentes, las Madres de la Plaza de Mayo, miembros de la organizacion civil HIJOS y victimas o representantes de las 65 personas a las cuales se les  atribuyo judicialmente la calidad de victimas, todos mostraron su satisfaccion por  el reconocimiento, aunque fuere tardio, por parte de la justicia. "Es una reparacion" segun Sara Mendez, ex prisionera de Ornetti y defensora de los derechos humanos en Uruguay dirigiendose a la agencia de noticias AFP. "Esta decision de justicia es el fruto de treinta anos de lucha para condenar a los culpables, anade.



Victima de la dictadura, Sara Mendez fue hecha prisionera por los militares uruguayos en "Automotores Orletti", apodado "el jardin" por parte de los militares, antes de ser transferida en avion junto con otros ciento cuarenta uruguayos. Esta prision ubicada en el barrio bonaerense de Floresta, en Argentina, estuvo a servicio de la dictadura solo cinco meses entre junio y noviembre de 1976, sin embargo un numero incalculable de personas de distintas nacionalidades fueron torutradas y ejecutadas en sus instalaciones, chilenos, bolivianos, cubanos, mexicanos, uruguayos, paraguayos y argentinos. En noviembre de 1976, una pareja de mexicanos llego a escapar de la vigilancia de los militares, sustrajo un fusil y luego de un intercambio de tiros logro huir. En el 2008 el local fue expropiado para convertirse en un museo de la memoria.

 

Sin embargo, fuera del hecho que este caso sea una manifestacion de reparacion, Automotores Orletti es una decision historica por cuanto por primera vez una decision de justicia admite de la existencia de un plan interestatal de represion extrajudicial y de asesinato con miras politicas, llamado "Plan Condor". Esto deja un precedente valioso, el cual podra ser invocado judicialmente en el futuro por parte de otras victimas del "Plan Condor" para sustentar casos contra ex militares que participaron en crimenes de lesa humanidad ya sea en Argentina pero también en otros paises donde este plan fue ejecutado.



Cabe recordar que el "Plan Condor" nace de un acuerdo maquiavelico entre las dictaduras del cono sur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile). Las dictaduras perpetraron crimenes de lesa humanidad en todos estos Estados, solo para el régimen argentino (1976-1983) se cuentan mas de treinta mil muertos y desaparecidos, segun organizaciones independientes de defenza de los derechos humanos, pero leyes de adminstia posteriores a las dictaduras protegian a los criminales. En Argentina estas leyes fueron disueltas despues de la llegada al poder del presidente Nestor Kirchner en el 2003 abriendo la puerta a los deudos y al Poder Judicial para conocer la verdad y buscar justicia.

La Mejor acción en favor de los derechos humanos es reestructurar a los derechos humanos

La Mejor acción en favor de los derechos humanos es reestructurar a los derechos humanos

No hace falta ser juristas para sentirlo o para saberlo: los derechos humanos están en crisis y por ello, el instrumento que debería de defender a los más débiles, termina sirviendo de arma jurídica a favor de los victimarios, a favor de los más fuertes.

 

Las críticas globales en torno a los derechos humanos se focalizan en su carácter universalista (ya que muchos pueblos no se sienten representados por estos derechos) o al hecho de que existan jerarquías entre los derechos que allí están expuestos. Creo que de estas dos críticas básicas y generales, surgen muchas de las carencias y errores de los derechos humanos.

 

En ese sentido, sabemos todos que existen textos a los cuales se les debe un respeto imperativo en el campo internacional, la Declaración Universal de Derechos Humanos es un ejemplo. O a nivel interno, el reconocimiento supremo de los Estados dentro de sus Constituciones, donde se comprometen a garantizar el respeto de las libertades, de la propiedad privada, de los derechos sociales, de los derechos ambientales. Pero todas esas declaraciones, ciertamente negociadas, firmadas, ratificadas y en ciertos casos, promulgadas, son al fin y al cabo eso, simples declaraciones. Es decir afirmaciones, reconocimientos teóricos pero que se distancian de la práctica. Así por ejemplo, existe el derecho a la vivienda en Francia o en Venezuela, pero existen familias que, por falta de recursos económicos, en este instante, en esos países, duermen el la calle cada noche. También, se declara en las Constituciones del Perú o de Honduras que nadie puede ser arrestado sin razón por parte de la fuerza pública, pero ¿quién no tiene miedo que eso le suceda en Perú o en Honduras sabiendo que las normas se respetan solo opcionalmente en esos países? Es justamente allí cuando observamos que el alcance de respeto de los derechos humanos es limitado.

 

Nadie cree ya en esa utopía que trata de enunciar que los derechos humanos existentes en los tratados internacionales y en las Constituciones nacionales son respetados cabalmente por los Estados y por los agentes de la administración.

 

La falta reconocimiento y de exigibilidad de los derechos humanos

El problema radica en que muchos de los tratados internacionales no están incluidos dentro del derecho interno de cada Estado (Estados Unidos por ejemplo, ha firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos pero no la reconoce los jueces estadounidenses no pueden referirse a este texto por que no se han activa los mecanismos jurídicos para insertar a esta Declaración dentro del derecho interno de los EEUU). Sin embargo, allí no termina el problema, también, cuando el reconocimiento de los Tratados internaciones en materia de derechos humaos sea efectivo, se debe de poder exigir judicialmente estos derechos. Es decir que, ya que existen, y no se aplican o se han violado, entonces puedo reclamarlos. Es lo que Amnistía Internacional asocia con la justiciabilidad de los derechos humanos.

 

No obstante, es problema de esos derechos no termina allí, ya que en el camino para rendir exigibles a los derechos humanos se tiene que determinar que derechos humanos van a ser exigibles y en que medida. Esto dicho sea de paso, es una tarea muy difícil desde el punto de vista sociopolítico, porque si todos podemos esta de acuerdo con el hecho de dar importancia a los derechos humanos, la idea de escoger algunos que van a tener más importancia que otros no haría más que dividir a la población entre los que pugnan por los derechos de los pobres, y otros que luchan por los derechos de los propietarios u otros que se interesan más en las libertades, etc. Así, constatamos que actualmente, si bien no se está aún en la etapa de exigibilidad de todos los derechos humanos, ya existe un inicio de exigibilidad.

 

En ese sentido, los derechos ligados a la propiedad privada, no solo están enunciados como derechos supremos, sino que además están garantizados como derechos fundamentales por procedimientos de derecho que impiden que se expropie sin compensación o que se usurpe el bien ajeno. Del mismo modo, las libertades están garantizadas -en cierta medida- por sendos habeas corpus, habeas data u otros mecanismos de tutela constitucional. No obstante, el derecho a la alimentación o a la salud (por citar solo dos casos) no pueden en ningún caso ser objeto de una protección directa por parte del juez interno o internacional. Es decir, que los derechos sociales (salud, educación, alimentación, trabajo, vivienda, vestido, agua, etc.) no son exigibles actualmente. Frente a tal problemática, existen muy pocas preocupaciones al interior de la doctrina jurídica para cambiar este panorama. Solo algunos como los profesores argentinos Víctor Abramovich y Christian Courtis en su libro Los derechos sociales como derechos exigibles, Trotta, 2002, tratan de proponer vías de salida a tal problema.

 

Los derechos humanos no son humanos sin los derechos sociales

Esta falta de exigibilidad de los derechos sociales, es más que un tema jurídico, es un tema pluridisciplinario que nos concierne directamente o todos, ya que es posible que allí radique el foco de la pobreza, de la desigualdad y de la injusticia social. Así, pues, los derechos humanos, estando privados de una parte de su sustancia, no garantizan actualmente los recursos más básicos para los seres humanos que más sufren de necesidades básicas insatisfechas.

 

No es de extrañarse entonces que los derechos humanos sean ignorados por los mal-llamados pobres, o percibidos como derechos de los ricos, por los países “en vías de desarrollo”.

Lo que sucede es que hemos venido creyendo desde la Revolución Francesa (1789), pasando la creación de la ONU (1945), por la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), los Pactos internaciones de derechos humanos (1966), las mejoras “constitucionales en nuestros países” y terminando con le famoso eslogan del change de Barack Obama (2008), que los derechos humanos favorecen a todos los humanos cuando eso es cierto solo desde el punto de vista teórico más no en la práctica.

 

En ese sentido, los derechos humanos tal como los conocemos hoy no son más que los derechos de aquellos que poseen las cualidades necesarias para reclamar los derechos expuestos en tales textos. Así, como ya dejamos claro, los derechos humanos que pueden ser exigibles no son más que un puñado. Tomemos con ejemplo al derecho a la propiedad privada. Sin tener nada en contra de este derecho humano, constatamos que como condición sine qua non para reclamarlo:

1. que se debe de ser propietario, es decir se debe de tener un capital (lo cuál implica no ser rotundamente pobre)

2. que para ser propietario debo de comprender lo que significa ser propietario (es decir que el concepto de propiedad privada debe de existir dentro de la cultura de mi sociedad).

 

En ese sentido, los que pueden reclamar ese derecho humano son, por un lado, los que no son tan pobres como para no tener propiedad alguna y, por otro lado, los que cultivan la idea de propiedad privada dentro del funcionamiento de su cultura. Por el contrario, los que no pueden reclamar este derecho son los que no tienen propiedad (tal vez por estar empobrecidos) y los que aplican el sistema de propiedad colectiva o de ausencia de propiedad (es decir indígenas, comunidades autóctonas, etc.). Por tal razón, se puede afirmar que el derecho a la propiedad es un derecho que solo favorece a un segmento de la población y no a toda la especie humana como inicialmente se intenta hacernos creer. Lo mismo podemos decir de la libertad de empresa (para lo cual se requiere no ser pobre) o de la libertad de matrimonio (para lo cual se necesita conocer y aceptar al elemento cultural del matrimonio). Así, atrevidamente, para evitar tanta teoría, podemos asociar los derechos humanos con los derechos burgueses. Es decir que no son privilegios, porque no se está otorgando nada a una clase de personas como sucedía en la época de la Francia prerrevolucionaria. Sino que más bien son un conjunto de normas que favorecen un sistema que beneficia a un segmento de la población mundial.

 

Por ello, la propiedad privada la libertad de empresa, la libertad de movimiento, la libertad de asociación, etc. Sientan las bases para establecer y desarrollar lo que se conoce como el mercado. Los derechos humanos, dan la seguridad necesaria para que el sistema del mercado progrese y garantiza a todos los participantes del modelo que sus negocios y ganancias estarán a buen recaudo. Ciertamente, algunos de los derechos humanos exigibles favorecen a los que no son ricos (al microempresario por ejemplo), pero solo en cierta medida y únicamente con la meta de disfrazar el hecho de que son los derechos humanos actualmente exigibles son los derechos de los que más tienen. Para que este sistema cambie y realmente se produzca el denominado change a favor de los que no son ricos, se necesita reconceptualizar a los derechos humanos

 

La reforma de los derechos humanos y la inclusión de los ausentes

No hace falta ser doctor en lógica para darse cuenta que si Europa, Estados Unidos, Japón y otros focos geográficos viven en la abundancia es gracias a la extracción de los recursos y a explotación de la mano de obra barata existente en los países del Sur. Así pues se leen en las páginas del uruguayo Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América latina, Editores Siglo XXI, 1994, los detalles por los cuales se afirma que la pobreza radica en el hecho de que el Norte viva a costas del Sur.

 

En ese sentido, los derechos humanos, siendo en su forma actual de inspiración occidental, europea (René Cassin) y estadounidense (Eleanor Roosevelt), no toman en cuenta las necesidades las necesidades ni las costumbres del Sur. Es decir que no favorecen a los pobres ni incluyen derechos provenientes de otras latitudes del mismo modo que se intenta universalizar valores propios de Occidente. La necesidad de reforma es en ese sentido imperativa ya que los derechos humanos tal como los concebimos hoy no garantizan los bienes mínimos indispensables para los más necesitados y por que a muchos pueblos se les imponen valores y conceptos que lejos de favorecerlos los violentan estructuralmente.

 

Así, el portugués Bonaventura de Souza sostuvo en su ponencia del XXXV Congreso de la FIDH, Quito, 2004, que el gran problema de derechos humanos no es la pobreza sino el modelo que lleva a la pobreza (lógica del mercado economía capitalista). Por tanto el Sur no es responsable de la crisis en materia de derechos humanos sino el Norte (que crea y dirige el modelo económico y político dominante) y no al revés como se nos hace creer. Por tal razón es el Sur quién debe de participar en la reconceptualización de los derechos humanos, porque para resolver los problemas del Sur, es el Sur, y no el Norte, quién debe de proponer las soluciones.

 

En tal sentido, no solo un puñado de privilegiados occidentales (u occidentalizados) deben de participar en la construcción de los derechos humanos, sino más bien todos los que así lo deseen bajo un proceso lento pero democrático, multicultural y abierto. Solo si tal reconstrucción se realizare, se podría hablar de derechos universales puesto que todos los pueblos (occidentales e indígenas) contribuirían a su construcción respetando así particularidades o cosmovisiones propias a cada cultura. En otras palabras, sería este el fin del dominio del monopolio etnocentrista de los derechos humanos para dejar paso a los derechos humanos universales. Por otro lado, si los derechos humanos se reconceptualizan desde una visión de Sur, esto implica que participen segmentos de la población mundial que necesitan de los derechos humanos para paliar al hambre o a necesidades básicas insatisfechas. En ese sentido es muy probable que no se creen nuevos derechos puesto que existen ya muchos derechos que buscan garantizar el “mínimo básico” (salud, educación, vivienda, ocio, alimentación, etc.). Probablemente lo que suceda es que se active la exigibilidad de tales derechos, bajo las mismas condiciones con las que se defienden las libertades o la propiedad privada.

 

No obstante, un problema de “choque de derechos” surgiría entre los derechos sociales y las libertades públicas o la propiedad privada. Esto se explica porque ciertos derechos ven sus límites en otros derechos, así muchos de los derechos sociales actúan a contracorriente del sistema de mercado porque “atentan” contra la libertad éste. Del mismo modo, muchas de las libertades actúan también en contra de los derechos sociales beneficiando a las personas de forma individual en lugar de repartir el beneficio de forma colectiva evitando así disparidades y por ende, la pobreza. Por ello, se tendrían que crear mecanismos de consenso que mantengan una cierta dosis de libertad y otra dosis, de igual cantidad, de derechos sociales. Así por ejemplo, si la propiedad intelectual beneficia solo al autor de un libro y a su editorial y que para que el colectivo acceda al conocimiento de ese libro éstos deben de tener los recursos para comprarlo, sin lo cual están limitados de acceso a la educación, y/o a la información y/o la cultura.

 

Entonces un inicio de solución sería limitar la ganancia del autor y de su editorial para abaratar los costos de venta y favorecer el acceso al contenido de éste frente al colectivo de personas. Es decir que se limita el beneficio de la propiedad intelectual (que es un derechos individual sumamente garantizado hoy por los derechos humanos) para favorecer la incursión del acceso a la educación de calidad (que en este caso es un derecho colectivo, no garantizado en tal forma por los derechos humanos que actualmente nos rigen.) Esto se complementaría con mecanismos de exigibilidad de cada uno de los derechos, el de propiedad intelectual y el de acceso a los libros a un precio en acorde con los costos de éste. Para los fanáticos ultra-conservadores estos cambios o reformas necesarias pueden sonar a comunismo pero estos están muy distantes de un modelo comunista (que busca desproporcionar la balanza a favor de los derechos sociales). Por el contrario, lo que se busca aquí es un equilibrio entre derechos, entre pueblos, entre culturas. Se trata de encontrar soluciones a un sistema que genera pobreza y que se ha valido de los derechos humanos como vehiculo para extender y afianzar su desarrollo.

 

Por ello, se debe de entender que los derechos humanos son de y para todos los humanos, y no son de y para un segmento de la población. Si lo segundo llegase a suceder es que ya no son humanos esos derechos.

La Iglesia se desliga de la pedofilia culpando a los homosexuales

¿A CUANDO LA RENOVACION EN LA IGLESIA?

En el 2010, es decir más 35 años después de que los investigadores y las eminencias de la psicología y de la psiquiatría reconocieran formalmente que la homosexualidad no es ninguna enfermedad mental, el número 2 de la Iglesia Católica, Cardenal Bertone, se atreve a mostrarnos el carácter más anacrónico de la institución eclesiastica.

 

En efecto, el día de ayer, este dignatario del Vaticano en visita a Santiago de Chile y tratando de limpiar a la Iglesia de los escándalos de pedofilia que aquejan a la institución desde hace algunos meses, no encontró más solución que desviar la atención del asunto y la responsabilidad de las violaciones aduciendo que son la culpa de los homosexuales.

 

Según el cardenal, expertos en salud mental han demostrado que existe una conexión entre homosexualidad y pedofilia, por lo cuál él hace estas declaraciones. Solo que desconoce la realidad de ese problema sexual que no solo emana de homosexuales, sino sobre todo de personas heterosexuales. Es decir que su fundamento no solo es falso, sino que también es anacrónico (porque eso es lo que se pensaba en la era de la santa inquisición), y por último, su argumento proviene de “expertos” minoritarios que quién sabe de que tendencia política o ideológica pertenezcan.

 

¿Quién invitó a los homosexuales al debate de la pedofilia? Nadie, punto aparte de la Iglesia. Ese tema parecía ya estar zanjado en los países del primer mundo. Así, nunca se ha podido demostrar una conexión científica (ni cuantitativa ni cualitativa) entre homosexualidad y violación de niños. El hecho de estigmatizar al homosexual no es más que reconocer a la persona como un enfermo mental, como un monstruo, como una marginal, cuando en la psicología moderna la homosexualidad no es una enfermedad mental sino más bien lo es la homofobia. Quizás con estas declaraciones el Vaticano trata de levantar una “cortina de humo” para encubrir los miles de miles de casos de niños violados por curas, obispos y cardenales en decenas de Estados del mundo entero. Es escándalo es de la Iglesia y ahora el Vaticano trata torpemente de encajarle la responsabilidad de estos actos horrorosos a la comunidad homosexual.

 

Una reacción  como esta de parte de la Iglesia muestra su desesperación por demostrar algo que no pueden explicar. No quieren ceder sobre el celibato de los curas, no quieren modernizarse, no desean admitir que la ciencia ya no es dictada por “bulas papales” sino que ahora los científicos determinan independientemente los paradigmas dominantes de la ciencia, desligados de los a priori religiosos. Punto aparte del carácter medieval y escandaloso de este hecho, lo que más se lamenta de la Iglesia es que las declaraciones provengan del número 2 de la institución católica, es decir de un personaje con mucha influencia sobre el discurso del Vaticano.  ¿Acaso es esa la forma en la que se une a los humanos? ¿Eso es lo que enseñan a los jóvenes en el catecismo y en la educación religiosa? Si esto es así, se comprende mejor los porcentajes record de homofobia que existen el los países con mayor índice de católicos...

La doctrina Hernando de Soto: ¿Ayuda al desarrollo de los pobres o genocidio cultural moderno?

La doctrina Hernando de Soto: ¿Ayuda al desarrollo de los pobres o genocidio cultural moderno?

Para nadie es un secreto que el doctor Hernando de Soto es un eminente profesional reconocido en diversas regiones del Mundo por sus ideas innovadoras y por su voluntad de hacer progresar a la humanidad a través de la economía. Diplomado, condecorado y adulado por las cúpulas del poder occidental (u occidentalizado), Hernando de Soto desempeña sus principales esfuerzos académicos y profesionales en demostrar que el capitalismo es el único sistema capaz de mejorar la calidad de vida de todas las poblaciones del Mundo.

En ese sentido su obra mayor titulada, El Misterio del Capital del año 2000, explica la dificultades que tiene el capitalismo a poder triunfar en pueblos no occidentales. Allí sostiene que no es la cultura, ni la religión o la mentalidad de los hombres, quienes impiden el triunfo del modelo, sino más bien la existencia del derecho a la propiedad  claramente definido y garantizado. Así las cosas, de Soto atribuye la pobreza de los pueblos indígenas a la ausencia de políticas estatales que desarrollen el capitalismo en las zonas donde viven estas poblaciones. Frente a ese vacío se desarrolla justamente una serie de actividades no legales, destinadas a permanecer marginales por su no reconocimiento por parte del sistema legal universal: es lo que el llama « capital muerto ».

Sin embargo, la teoría presentada por de Soto se olvida de tomar en cuenta las causas profundas de la informalidad de las actividades económicas de los pueblos no occidentales o poco occidentalizados. Así, por ejemplo en el caso peruano, una de las mayores causas de que exista tanta informalidad en Lima es la recesión económica que azotó al país durante los años noventa. Esto provocado por los sacrificios que todos (niños y adultos) tuvimos que realizar para complacer a los dictatos del sistema económico neoliberal, entre los cuales se cuentan al Fondo Monetario Internacional y a los acreedores de la deuda externa. Así, apenas llegado, el gobierno de Alberto Fujimori se liberalizó brutalmente la economía, sin tomar en cuenta o preparar la economía de las familias que vivían bajo el sistema proteccionista que regía durante el primer mandato presidencial de Alan García (1985-1990). Resultado: decenas de miles de empleados públicos despedidos, un consumo interno regresivo y una producción agrícola e industrial colapsadas por la falta de consumo.

¿Qué deseaba usted que hiciera el ex empleado público sin trabajo en Lima, el productor agrícola sin ayuda y sin venta, o el emigrante andino que huía la pobreza y el terrorismo? Si el Estado capitalista estaba en la incapacidad de proponerle un empleo o de facilitarle un marco legal para formar su empresa, la única solución para comer era optar por la informalidad. Es decir vender golosinas en la calle, hacer trabajos misceláneos, improvisarse como taxista, transformarse en artesano, etc. Todo esto evidentemente sin declarar nada al fisco, sin emitir la mínima factura, permitiendo así una ganancia más grande de la que se tendría si se declaraba algo, ya que en ese caso se tendría que pagar un impuesto.

Pero en lo que concierne a los pueblos indígenas es distinto. En efecto, éstos no participaron al proceso económico capitalista del Perú y por ende tampoco sufrieron los estragos fuertes del cambio político-económico de los años noventa, de la misma forma que no fueron tan golpeados por los choques petroleros de los años setenta o que no fueron las grandes victimas del jueves negro de Wall Street en 1929. Sin embargo ahora se pretende adoctrinar a estos pueblos con lógicas que no son las suyas y se contamina así una serie de culturas olvidándose de su cosmovisión y de su lógica comunitaria para imponerles la lógica del mercado, es decir la de la ganancia individual.

Es decir, que Hernando de Soto trata de explicarnos, pienso que con buenas intenciones, como se aceleran los procesos de occidentalización de la economía de los pueblos indígenas. Sin embargo a pesar de la buena fe, no se puede dejar de pensar que este camino es inaceptable desde un punto de vista histórico y de derechos humanos. Es lo que observaremos a continuación.

Aquí dejaré de lado toda discusión moral o ética, ya que como repito, parto del supuesto que de Soto lo hace creyendo que defiende una teoría éticamente correcta. Por ello no voy a gastar tiempo, como el ex presidente estadounidense George Bush, en discusiones metafísicas maniqueas sobre lo que es el bien o lo que es el mal.

I- La inobservancia del fracaso del modelo capitalista en cuanto a igualdad social y a pobreza         

Hay que observar aquí que desde una óptica histórica el hecho de querer imponer a un pueblo una lógica distinta a la que se aplica tradicionalmente no es más que reproducir lo que ocurre en todo tipo de colonización. De más está recordar que fueron los mercaderes traídos desde La Península Ibérica quienes nos aprendieron el comercio salvaje a los indios de América trayendo consigo males como la avaricia o el individualismo. En el siglo XXI no podemos recaer en la misma lógica comportándonos como instrumentos de un paradigma poderoso frente a pequeños modelos que desconocemos o que conocemos precariamente. En ese sentido, invito a los lectores de este humilde artículo a que consulten el video “The Mystery of Capital among the Indigenous Peoples of the Amazon” en la página http://ild.org.pe/es

En ese documento lo irritante ya no es conocer la férrea defensa de las teorías del capitalismo que Hernando de Soto defiende sino que más bien lo escandaloso es ver como se posiciona este frente a los indígenas cuando trata de demostrares como es posible volverse capitalista y porque éste sistema es mejor que el actual. Quizás sin saberlo, o tal vez sin darse cuenta, el economista viene a enseñar de manera jerárquica y piramidal sin siquiera aprender algo de lo que estas culturas milenarias puedan aportar a sus discurso. Así, la demostración que él hace en este vídeo solo muestra actos indígenas que alimentan su teoría, pero en ningún momento se aporta algún elemento indígena que se haya encontrado durante la investigación para temperar al capitalismo, esto es simplemente imposible de creer. Sabiendo como es rica la cultura indígena amazónica parece que de Soto muestra su no comprensión sobre las leyes del mundo indígena amazónico.                                                                              

En realidad hay que entender que históricamente, las doctrinas del Mercado, del mismo modo que la religión católica, se han expandido, en el Tercer Mundo, desde la capital hacia los otros polos urbanos, y de éstos ha irradiado "el conocimiento" hacia las zonas rurales. La Amazonía por la densidad de su flora ha sido siempre una región difícil de acceso, para los incas, para los españoles, para el capitalismo, para la evangelización, etc. Por ello, de ninguna manera es de extrañarse que éste sea uno de los últimos rincones libres y semi-libres del capitalismo. Pero la pregunta es: ¿por qué? Hernando de Soto piensa que es por ignorancia de los indígenas, por ello, según el, primeramente hay que llevarles ese conocimiento y, en segundo lugar, el Estado debe de iniciar un proceso normativo de propiedad privada en todo el país. Sin embargo esto no permitiría al poblador indígena de escoger según su identidad étnica, según sus tradiciones y según su cultura, un modo de vida no capitalista. Es decir que si de Soto estima que antes no había otra elección más que la pobreza por la ignorancia del capitalismo, ahora ya no habrá ignorancia pero tampoco habrá elección: la propiedad privada es para todos, si o si.                                                                   

Pero volvamos a la pregunta del millón: ¿Por qué hoy el indígena vende lo que pesca, lo que caza, lo que teje, por qué compra? ¿Por qué, como dice Hernando de Soto, está entrando al mundo del Mercado? Sociológicamente no creo que sea porque quiera, sino porque muchos de ellos están obligados a hacerlo. Esa obligación proviene del hecho que las aguas contaminadas ya no dan tantos peces como antes, que los bosques deforestados ya no dan tantos animales como antes, etc. Entonces para compensar esas carencias ahora hay una obligación de comprar arroz, maíz, etc. Es decir productos del exterior para los cuales se necesita dinero en efectivo, la solución entonces no es otra más que el comercio. No estamos aquí hablando del pucalpino, o del iquiteño que vive el capitalismo desde la época cauchera, estamos hablando de personas que viven en zonas rurales alejadas. Personas que están marginadas del progreso pero que por otro lado son violentadas por nuestro progreso (quitándoles tierras, usando sus recursos, contaminando sus aguas).

Y frente a estos problemas originados por el capitalismo, la solución que Hernando de Soto propone es extender aún más el modelo capitalista de manera tal que se termine con la marginación económica contra los pueblos que no conocen el modelo. Pero ¿qué sabe usted que realmente sean esas las voluntades de esos pueblos? Desde una lógica menos conservadora y tecnócrata pienso que sería más respetuoso comenzar por trabajar en que nuestro modelo sea menos violento con los pueblos originarios. Es decir, limitar el impacto de nuestras actividades comerciales e industriales para permitir a esos pueblos de vivir en paz con su cosmovisión si así lo desean. Desgraciadamente, para el capitalismo que de Soto defiende, eso conlleva a restringir las libertades excesivas de ciertas empresas irresponsables. En segundo lugar se debe de luchar por admitir y hacer admitir al Estado que no existe un solo modelo económico, sino que existen múltiples modelos y también modelos de economía mixta, de ésta forma así como la Constitución admite que existe un derecho consuetudinario y se dan facilidades para su aplicación, también se debe de admitir que existe una economía consuetudinaria y deben de facilitarse los recursos para su aplicación y para su preservación. Esto pienso que es fundamental para la conservación de un patrimonio cultural inmaterial que es la economía consuetudinaria. Tratar de cambiarlo violentamente, aún así fuera con voluntad de progreso, genera una extinción de valores ancestrales comunitarios y por ende una vergonzosa exterminación cultural.                                                                                                           

 Ahora bien, antes de explicar porque desgraciadamente ésta idea de Hernando de Soto va contra los derechos humanos, hay que reconocer que si las ideas del economista prosperasen en los círculos indígenas quizás éstos se vestirían con ropa de mejor calidad, vivirían en casas de material más fuerte, alimentarían más y mejor a sus familias. Pero allí nuevamente existe un conflicto cultural con las ideas de Hernando de Soto ya que lo que el considera como mejor, quizás no lo sea para un indígena, sus investigaciones son magras en ese sentido. Es decir que lo único que se puede apreciar en su demostración es una compilación de elementos dispersos (actividades de compra-venta, conversaciones con indígenas occidentalizados hasta la médula) que demuestran una supuesta voluntad global y colectiva de los indígenas a ser capitalistas. Pero eso ni de Soto ni nadie lo han demostrado aún cavalmente y sería realmente irresponsable imponer en la Amazonía un modelo sin consultar a los pueblos, más aún si la iniciativa proviene del organismo llamado Instituto Libertad y Democracia que de Soto fundó.

Instituto Libertad y Democracia dicho sea de paso, quizás se estén excediendo las prerrogativas de ese instituto, porque por su denominación éste trabaja por el progreso de la libertad y de la democracia (democracia que en realidad también está compuesta por libertades). No veo bajo que argumento trabaja ese instituto en la mejora de la calidad de vida de los indígenas ya que éste es un tema de justicia social, de derechos sociales, de igualdad de oportunidades, o como se quiera llamar en ese sentido. Más no un tema de libertad, ni de democracia, peor aún si el doctor de Soto NO propone la consultación de los pueblos antes de imponerles un modelo.          

Posiblemente que los tecnócratas que se desempeñan en dicho instituto puedan alegar que justamente la propiedad otorga la libertad de poder hacer empresa y de disponer de lo que es suyo, lo cuál ahora no es posible en los territorios indígenas. Es posible que digan eso y es posible que tengan razón, pero creo que a punta de otorgar libertades por doquier y de creer que éste modelo sacará a todo mundo de la pobreza están ustedes creyendo que todos ingenuos. Estimado lector, es probable que usted conozca el modelo capitalista, sabe entonces usted que por más bueno o malo que a usted le parezca, éste paradigma genera de todas formas una cierta forma de desigualdad social y por ende un individualismo más o menos marcado. Por ello, hacernos creer que el capitalismo eliminará la pobreza de las regiones indígenas es una falacia, más bien perpetuará la pobreza, la consolidará bajo un marco legal. Algunos pocos se volverán ricos a costa del trabajo de sus hermanos y serán mostrados como los triunfantes del modelo. Pero ¿qué sucederá después de que el indígena-propietario haya vendido su parcela a 500 dólares por necesidad? ¿Qué pasará con nuestros recursos cuando los conocimientos medicinales sean vendidos al primer “gringo avispado” bajo el pretexto de que la propiedad intelectual es individual y se puede vender? Lo que sucederá es que se creará una elite de pocos indígenas o de extranjeros, que serán los que más hayan comprado, los que más hayan comercializado, los que más hayan explotado su conocimiento del mundo urbano (basta con consultar en ese sentido un ejemplo: el de los indios Huetares de Costa Rica). Así las cosas, pienso que la iniciativas de de Soto importaría desigualdad social al interior mismo de las comunidades (muchas de las cuales hoy viven en igualdad) y perpetuaría la pobreza de los que hoy ya son considerados como pobres según un esquema occidental.

 

II- El drama de los derechos humanos: la oposición entre los derechos sociales - culturales y la libertad extrema         

 Con respecto al trágico “incidente de Bagua”[1] por no llamarlo de otra forma, Hernando de Soto ha retomado los argumentos del conflicto para hacer suyo el problema y terminar por convencernos que su doctrina de extensión del capitalismo trae la solución al problema estructural a través de la accesión a la propiedad privada de los amazónicos y de la conformación de empresas privadas para estos. Sin embargo, deploro que se resalten únicamente los beneficios de los ciertos derechos humanos (la propiedad, la libre empresa) pero que se ignoren los derechos culturales de los pueblos autóctonos. Peor aún, lamento profundamente que, para dar solución a un conflicto social, una persona de tanto prestigio académico no defienda prioritariamente los derechos económicos y sociales más obvios y básicos para un humano como son el derecho a la salud, a la alimentación o a la educación. 

Sin embargo si nos concentramos en el caso del “incidente de Bagua”, este es más un problema que concierne a los derechos culturales que a un problema de libertades, o de derechos económicos o de derechos sociales. Por ello es indispensable observar que en el tema de Bagua simplemente hay una incomprensión del Gobierno central frente a la cultura de una parte de sus administrados. En ese sentido, los amazónicos se oponen a que el Estado disponga de sus tierras sin consultarlos con anticipación. En efecto algunos de estos pueblos originarios tienen la creencia de que éstas tierras son sagradas (ancestros enterrados, espíritus, la naturaleza está viva, etc.) otros creen que la subsistencia de sus grupos se vería afectada si, como ha sucedido anteriormente, la flora y la fauna que allí se encuentra fuera depredada, ya que eso provocaría un desequilibrio que ellos estiman irreparable (por más pequeño que sea). Sin embargo, nosotros occidentales, limeños, arequipeños, neoyorquinos, parisinos, no comprendemos en nuestra mayoría esa visión por estar muy alejada de nuestra cotidianidad. Pero para entender mejor, tenemos que imaginar que esas tierras, por las cuales se han generado los conflictos, son para algunos como un refrigerador gigante y al mismo tiempo son para algunos otros como una iglesia gigante.                                                                                                                                                                                      

Así, del mismo modo que yo consideraría como una violación del derecho humano al culto el hecho de que se venda al martillo la catedral de Lima para generar recursos para el Estado, también considero que es una violación al derecho humano al culto de los pueblos amazónicos el hecho que se otorgue en concesión un territorio considerado como sagrado, y esto aunque los creyentes sean "solo" una minoría. Allí pues hay un choque de culturas entre, por un lado, el Gobierno que no entiende esas consideraciones por considerar que solo a los occidentalizados se aplican los derechos humanos en el Perú y por otro lado, los pueblos amazónicos que defienden sus derechos culturales amparados únicamente e in extremis por la Convención 169 de la OIT.

Pero ¿qué tiene que ver de Soto en el tema de Bagua? Desgraciadamente el economista allí no tendría nada que aportar puesto que ni él, ni su Instituto Libertad y Democracia tienen vocación a defender los derechos culturales. Sin embargo en el vídeo precitado, y que figura en la página web de sus Instituto, se le puede observar retomando el tema del conflicto de Bagua para convencernos de su doctrina. Así, desde una óptica de derechos humanos, creo que se ha recuperado el tema de forma sumamente desplazada por que el tema del caso Bagua no correspondía ni a la pobreza, ni mucho menos al acceso a la propiedad, el tema era el uso de esas tierras por parte del Estado.

 Ya habiendo evacuado la mala utilización por parte del Instituto Libertad y Democracia del caso de Bagua, solo me queda preguntarme por que la “doctrina de Soto” privilegia tanto a la propiedad y hace caso omiso a los derechos sociales.               

Para responder cabe señalar de que existen dos clasificaciones de derechos humanos: por un lado, los derechos civiles y políticos, compuestos globalmente por libertades, y por otro lado, los derechos económicos sociales y culturales. Así, la democracia, la libertad de empresa, la propiedad privada, son ejemplos de derechos civiles y políticos. Por su parte, la alimentación, la salud, la educación son ejemplos de derechos económicos, sociales y culturales. En el caso de Bagua, por ejemplo, el nudo del problema concernía a los derechos culturales.

En ese sentido, es sumamente reductor y peligroso negar la progresión o el desarrollo de alguna de estas dos categorías de derechos (civiles/políticos - económicos/sociales/culturales), por que se niega la unicidad y la integridad de los derechos humanos. No obstante en el caso de los derechos civiles y políticos no hay que olvidar que éstas son libertades y que por ende éstas son opcionales. Así por ejemplo, si tengo derecho a asociarme libremente, por analogía jurídica también tengo derecho a no asociarme. Por ello, no se puede obligar a pueblos o a individuos que no lo han solicitado a que sean propietarios. COFOPRI no los puede convocar un día y hacer de ellos propietarios si dentro de la visión del mundo de muchos de ellos la naturaleza es propietaria nuestra y no al revés.                                                                                                                                                               

 De este modo, no comprendo como en sus múltiples desarrollos y exposiciones sobre la solución a la pobreza del Tercer Mundo, Hernando de Soto solo defiende una parte de los derechos humanos y no hace hincapié con el mismo enfasis en el progreso de los derechos económicos, sociales y culturales aún cuando los pueblos estén desnutridos, analfabetos y enfermos. En ese caso, no creo estar en un error al afirmar que la libertad y la democracia nada pueden para curar al tuberculoso si no hay postas médicas, la propiedad privada nada puede contra el iletrado si no hay escuelas o si éstas son de pésima calidad. La democracia de poco sirve para el que vive una situación de desnutrición crónica. Así pues con doctrinas que excluyen la aplicación plena de los derechos humanos por conflictos ideológicos o políticos, los únicos que sufren son los pobres. Desgraciadamente el doctor de Soto le da ochenta vueltas al asunto y pasa por la propiedad, luego por la empresa, después por la inversión, y finalmente por el beneficio para dar de comer al pobre cuando en la urgencia de la desnutrición y del iletrismo hay caminos más fáciles. 

Pienso humildemente que las libertades individuales (propiedad, empresa, etc.) deben de declararse normativamente y se deben de otorgar los medios para poder realizarlas si es que se desea. No obstante, éstas libertades no deben de ser infinitas sino que deben de terminar donde empiezan los derechos colectivos, es decir respeto de las culturas (por eso hay que consultar a los pueblos), de la alimentación de los que no tienen que comer, los derechos medio ambientales, etc. Por ello, también es importante concentrar nuestros esfuerzos en el impulso de la mejora de la educación, del progreso del sistema de seguridad social, en la creación de un derecho a la alimentación.

 

 

[1] En el año 2009, después de meses de una negociación cacofónica a raíz de la explotación de recursos primarios en el subsuelo de territorios indígenas, un conflicto entre el gobierno peruano y los pueblos amazónicos estalla en la región amazónica  de Bagua. Nunca se sabrá cuantos muertos hubieron realmente entre policías y civiles. La cifra oficial es de una veintena, algunos pobladores y periodistas afirmaron que fueron cientos de muertos.

 

Lima la Consumista, Lima la Castigada

Lima la Consumista, Lima la Castigada

En un rincón de Sudamérica, existe una ciudad muy grande que fue creciendo cada vez más y más, en la época de mi abuelo eran solo doscientos cincuenta mil, cuando mi madre nació pasaban con las justas el millón, y cuando me dieron a luz me añadí a la larga cuenta de los más de cuatro millones que habitábamos Lima.
En ese sentido, no es un secreto que a ciudad grande problemas grandes, basta con conocer algún poblado del interior del Perú o haberse paseado por algún pueblo en el extranjero para darse cuenta que Lima es una mole de diversidad de atracciones pero también una masa de peligros y un gigantesco muladar de todo lo que esas atracciones generan como basura. Eso último es lo que refleja nuestro consumo…. Ocho millones consumiendo, e incluso, consumiendo exacerbadamente.
Así, cada nueva marca que llega, cada nueva tienda que se instala, es aplaudida por la comunidad limeña como un festín hacia el consumo: ¡el jolgorio de gastar y poseer!
Muchas veces no llego a entender a mi querida ciudad natal, la que me vio caminar por un parque que ahora es un centro comercial, o donde de niño compraba mis dulces en un mercado de antaño hoy transformado en supermercado en donde se encuentra desde un mero Kiwi hasta un finísimo cognac francés. No comprendo como es que hemos llegado a destruir nuestra ciudad para dar paso al consumo (progreso lo llaman algunos). Y no es que esté en contra de que un parque se transforme en centro comercial: ¿Pero ahora en donde van a jugar mis hijos? ¿En el césped húmedo de la Lima gris o en un fast food con luces halógenas? Yo hubiera preferido el césped, pero ya ni siquiera podemos elegir… el “progreso” se hace si o si.

Así pues después de más de cinco años de no haber visitado mi distrito de Barranco (al sur de Lima) regresé al Perú para reencontrarme con las raíces de mi infancia pero solo vi a la aplanadora del consumo destruirlo todo. Pensé encontrar al viejito del mercado que vendía condimentos, pero quien diablos sabrá ahora de él, si es que un Metro (cadena de supermercados) se ha impuesto para dar más trabajo a los peruanos me dijeron. Ningún argumento mío pudo contra los que mis familiares y allegados tuvieron a favor del supermercado… eso hasta que Metro fue vendido con su cadena de supermercados a capitales chilenos por 500 millones de dólares. Y allí, más que litigio entre nostros hubo espanto de parte de algunos: y es que los peruanos somos muy patriotas. A veces digo que somos nacionalistas, pero eso sería asemejarnos a ideas hitlerianas, cosa que aún no es cierto (y espero que no lo sea). Lo cierto es que mi mercadito de barrio pasó a convertirse en un engranaje más de una enorme transnacional.

Ahora bien, en cuanto al consumo, "quién puede gastar que gaste si quiere", no faltaba más… Pero tengamos en cuenta pues que nuestra libertad de gastar a veces puede ir en contra de las libertades y derechos de otros como la libertad de vivir en un espacio limpio o el derecho a poseer todos agua. Esto sin embargo, no lo entienden algunos soberbios quienes piensan que con la plata todo se puede, incluso violentando los recursos.

Así pues, amigo lector, si usted algún día va a Lima y compra una botella de soda en un almacén, le van a dar una bolsa. Si usted compra una sandía, le van a empacar la fruta en una bolsa con etiqueta, y luego en la caja se la pondrán en otra bolsa, o en dos bolsas, para que el asa de éstas resista mejor… resultado: tres bolsas para una fruta que bien puede transportarse a la mano.

Una historia más bella aún, para prevenir a todo aquel que desee invertir inmobiliariamente en Lima: resulta que allá los pobres no tienen agua corriente (eso pasa hasta en las mejores familias) y los ricos tienen agua 24 horas del día. Pero en lugar de contentarse con la suerte que tienen estos últimos y racionar el agua por cultura. Cientos de miles, riegan sus jardines con agua potable y millones orinan en el agua potable del retrete… ¡Que privilegio de realeza! Me diría un habitante del Sahara, pero es una realidad cotidiana en la Lima de las contradicciones. ¿Porqué contradicciones? Bueno, eso se explica justamente por el hecho de que en esa gran ciudad pronto escasearán los recursos hídricos (los glaciales andinos se están consumiendo aceleradamente por le calentamiento global) y así no solo nunca se llegará a cubrir con agua a los pobres, sino que además por el despilfarro se pagarán las consecuencias de una escasez (hasta para los ricos) dentro de unos años. La igualdad tarda, pero llega diría un entrañable amigo mío.

El gobierno por su parte, no hace nada para prevenir esta situación y se espera seguramente (como siempre) la última hora, estar de sed y sucios malolientes para aprobar presupuesto o pedir creditos para traer agua de otras fuentes hídricas, desalinizar agua de mar o crear un plan estructural de educación sobre la importancia del ahorro de agua. Sin embargo, esto de la educación no es posible en una sociedad donde el consumo es rey de reyes ya que sería incompatible decirle a los niños o a la gente: “¡gástese el dinero que pueda en nuestros centros comerciales pero eso si, no gaste mucha agua!” ¿Bajo que pretexto, se puede hacer que una persona sea consumista para algunas cosas y para otras no? Por esa razón es que el consumo que tanta chamba (trabajo) trae también conlleva a peligros colaterales. Invisibles al comienzo del festín, pero duros de pagar cuando llega el turno de pasar a “la caja”.

No obstante en Lima, se vive aún el Síndrome del Adormecido Comilón de Migajas. Que se da cuando luego de un cambio brusco (en este caso el triunfo del neoliberalismo desmedido en los años noventa). Así, los patriarcas económicos alimentan al pueblo con las migajas generadas por el sistema (empleos de pacotilla y sueldos altos para el Perú pero ridículos con respecto a lo que ganan los mismos empleados en otros países). El pobre comilón de migajas entonces solo pretende a comer más migajas, porque solo eso conoce, alaba al sistema que lo mantiene de parásito a espaldas del mastodonte neoliberal. Prensa, publicidad y sistema laboral precario le harán entender a la masa que no existe otro modo de vida, que cambiar significaría irritar a los patriarcas que generan las migajas y por ende volver al pasado de pobreza. Entonces, asustado, convencido e ignorante, el comilón de migajas nunca pretenderá al gran biscocho que genera dichas migajas.

Así, miles de comilones de migajas limeños, atontados con el falso lustre del pretendido avance del Perú, ignoran también que mientras más bolsas plásticas consuman, más están acelerando el calentamiento global y provocando directamente el deshielo de la cordillera de los Andes y la futura falta de agua en Lima. Que regando el campo de Golf o la jardinera de la casa con agua potable están vaciando las reservas que supuestamente tendrían que calmar nuestra sed en el futuro.

Un triste panorama muy real de una ciudad que amo y espero no ver castigada y recordada como Sodoma y Gomorra por ser la ciudad del consuma y agote.

ONG inglesa premia a diario peruano El Correo por articulo racista

ONG inglesa premia a diario peruano El Correo por articulo racista

Una verguenza  para nuestro pais el Peru que no debemos de repetir si buscamos la salida del subdesarrollo intelectual. Asi es como calificamos desde este blog al articulo « iPobrecitos chunchos! y otras torpezas »  escrito por el columnista Andres Bedoya Ugarteche del Diario peruano El Correo el 13 de junio del 2009 durante  el periodo de conflictos desatado entre el Estado peruano y las poblaciones nativas de la Amazonia por la futura explotacion petrolera en parcelas donde habitan comunidades nativas. Aqui un estracto :

« De modo que ya lo saben. Para aquellos que aún consideran a estas "etnias" como grupos humanos de gentes "buenas", "ingenuas" y "candorosas", les recuerdo que fueron estas mismas las que perfeccionaron el arte de reducir las cabezas de sus enemigos y llevarlas en los cinturones de piel que sujetaban sus taparrabos. Con los congresistas van a fallar. Ya esas cabezas no pueden reducirse más. En todo caso, si los "nativos" no lo hicieron con los 25 policías que asesinaron y se comieron sus restos, fue solamente por falta de tiempo » (*)

En efecto, dicho articulo ha sido galardonado por la Organizacion No  Gubernamental  inglesa Survival (http://www.survivalinternational.org/news/4885) como el articulo periodistico mas racista del mundo en el 2009, y no esta para menos ya que este escrito (si es que se le  puede llamar asi) hace la apologia del odio racial en su esfera  mas recalcitrante. Se prona por ejemplo el uso del Napalm contra los indigenas amazonicos, cuando este elemento quimico corrosivo e incendiario es tan atroz que esta prohibido de uso segun el derecho internacional. Ni los peores regimes lo usan en sus guerras porque nadie olvida a Kim Fuk, la nina vietnamina de una celebre foto que huye desnuda quemada por causa del napalm alla por 1972. Aun asi, el periodista se atreve a decir en su articulo que él no es racista, como para defenderse, de lo indefendible, y lanza argumentos muy comunes en el discurso de Hitler o en el atorrante fascismo italiano. Se aferra por ejemplo a conceptos que denigran al otro, como el uso del concepto « chuncho »  que, segun él, por figurar en la enciclopedia definiendo al  «indio salvaje amazonico » entonces ya no es un concepto racista. No obstante, el susodicho trata de sorprendernos tal un estafador y nos esconde el hecho de que el concepto de « chuncho » tiende a quedar inusitado por su uso racista, ya que « chuncho » define al  indio como un salvaje cuando las etnias ya no son consideradas ni llamadas salvajes en el siglo XXI (ese es justamente uno de los progresos de la era contemporanea). Es decir, el concepto de « chuncho » se ha pervertido, pero este senor insiste en contarnos el cuento latifundista del siglo pasado que dice « indio malo, blanco bueno ».

Ahora bien, pienso que el autor quizas escribio el articulo para defininirnos a un salvaje a través de su propia indecencia e ignorancia. Asi, para mi esta claro el porque de la ignorancia academica de algunos de los nativos amazonicos, por anos sin centros de estudios superiores y sin calidad de la ensenanza (pobrecitos no…, solo constato la realidad). Sin embargo, aun no me queda claro el porque de la ignorancia academica de Andres Bedoya Ugarteche. Caramba, me hablan de un Bedoya  y me acuerdo de politicos ilustres,me dicen  un Ugarteche y pienso en pasajes de la Historia del Peru. Pero no mas después de su articulo. No solo por pervertir los conceptos y por ser retrogada en su postura, tampoco por la violencia con la que éste reacciona frente a los indigenas, ni por los insultos vertidos en contra los nativos (paleoliticos, primitivos, salvajes, infelices, reducidores de cabezas…), pero lo que mas me apena de su persona es su ignorancia del conocimiento antropologico, juridico, sociologico, y demas ,de estos pueblos que son justamente la riqueza del Peru.

Es imposible que un profesional pueda hacer alusion a los reducidores de cabezas para hablar de los  pueblos amazonicos, eso es generalizar (procedimiento usado por una persona sin argumentos) y no solamente, eso tambien es traer ilogicamente historia antigua para justificar una posicion contemporanea. Con esa forma de pensar se puede decir entonces que los peruanos somos salvajes porque matamos a espanoles, chilenos y ecuatorianos durante nuestras guerras. Asimismo, pueblos enemigos nunca llegarian a la reconciliacion, y en todo caso en Europa nunca habria habido Union Europea si los franceses pensasen (tan pobres de ciencia como Bedoya Ugarteche) que los alemanes violadores de ninas y asesinos ninos durante la guerra son una etnia sanguinaria por siempre enemiga.

Por ello, dudo pues  de su capacidad a entender la Historia como un proceso social, dudo tambien de su capacidad a comprender la cosmovision de cualquier pueblo que no sea el suyo. En ese sentido, me atrevo a decir que al menos he tratado de comprender la cosmovision del autor, traduciendola en un esquema. Dibujaria a Lima en el centro del mundo, como cede todopoderosa del auge peruano aunque sin magnificos recursos naturales, dijubaria edificios y grandes tiendas simbolo del seudo progreso, un poco de criollismo, algunos libros cartesianos para que todo este bien justificado, un plato de lentejas…  arriba del mundo dibujado, un dios (mejor si es blanco) para que me perdone de todo, abajo, el infierno, que debe de ser como todo lo que rodea a Lima es decir una salvajada llena de chozas, de personajes oscuros de piel y de sodomitas.

Pero no todo mundo piensa asi, justamente el columnista Bedoya Ugarteche no comprende que la cosmovision indigena es distinta a la que él tiene. Eso de ser distinto, es dificil de entender, pero a fuerza de salir de Lima (entiendase region Lima) termina entrando en el cerebro. En la cosmivision indigena, no hay arriba, ni abajo ni al medio, la naturaleza es al mismo tiempo dios y la tierra con todo lo que hay alli. Es decir que la tierra no puede ser sometida por un humano, ya que el humano se debe de someter a la tierra. En otras palabras, para que me entienda todo mundo, segun el amazonico, la naturaleza no nos puede pertenecer ya que pertenecemos a la naturaleza.

Por ello tanto lio en la Amazonia, porque los nativos (que dicho sea de paso son originarios del Peru y no alienados o hibridos culturales) defienden su creencia, defienden su religion. Y eso no solo es logico eticamente, sino que tambien es legitimo desde el punto de vista constitucional. Para explicarle a Bedoya Ugarteche la posicion de los nativos tendria que hacerle imaginar que  si manana el Estado me dice que para financiar el gasto social hay que vender la Catedral de Lima, no voy a aceptar porque defiendo mi patrimonio cultural y mi creencia religiosa… igual hacen pues los indigenas (lo dificil seria explicarle  tal Controversia de Valladolid, porque los « chunchos » reaccionan tan humanamente).

Al fin y al cabo, siempre tendré la duda de cuan ignorante o incensato puede ser un hombre en la cuspide de la vida cuando despues de tanto vivir sigue viendo al otro (chino, feo, chato, negro, gringo) como un enemigo y busca desesperadamente argumentos con poco sentido.  Ahora bien, la verguenza para el pais es que se de cabida a tan patetico personaje para que difunda su racismo a nivel nacional e internacional bajo el nombre de periodismo, en todo caso alli estuvieron los ingleses (que no son « chunchos ») para condecorar al Caballero Bedoya Ugarteche, aunque sea ese diploma bien merecido lo tiene.

Esta campana de la ONG Survival es sostenida por eminentes periodistas britanicos como John Simpson, George Monbiot, John Vidal de la BBC  y los autores de  best-sellers Tim Butcher y Simon Garfield.

Stephen Corry, director de Survival International, declaro con respecto a este articulo: «Este tejido penoso y plagado  de tonterías no tiene lugar en una prensa libre e independiente, cuya función es educar e informar. Se espera que la publicidad que se hará en torno a este premio  obligará al diario a pensar dos veces antes de volver a publicar esos comentarios groseros y ofensivos

Avanza Peru, no te estanques por gente que habla pero que no dice mucho.

(*)=http://www.correoperu.com.pe/correo/columnistas.php?txtEdi_id=4&txtSecci_parent&txtSecci_id=84&txtNota_id=73466